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El 17 de febrero, 12 alpinistas escalaron el volcán Citlaltépetl, conocido como Pico de Orizaba, sin saber que esto se convertiría en una tragedia que cobró la vida de dos personas y sigue desaparecida una más. El alpinismo suele verse como algo sencillo y de poco riesgo, pero que en realidad requiere de planeación y amplios conocimientos para hacerse de manera segura.
Para hablar sobre por qué hay tantos accidentes en el alpinismo, Mario Alberto Ramírez Mauleón, coordinador de Socorros de Cruz Roja Mexicana en Puebla, comentó en entrevista para Imagen Poblana cuáles son las medidas necesarias que se omiten al momento de llevar a cabo esta actividad. Primero que nada, dijo, debe haber planificación y contar con un guía profesional para escalar.
“Las montañas son de mucho respeto”, aseguró Alberto Ramírez al decir que en todas hay riesgos para quienes deciden escalarlas, en especial en las más grandes. El Iztaccíhuatl, el Pico de Orizaba o la Malinche, que para muchos es sencilla, presentan desafíos como cambios de temperatura abruptos o penumbra que hace perder el camino, entre otros peligros que hay en estos colosos.
Dichas amenazas incrementan si las personas son inexpertas y tratan de ascender sin preparación previa, algo común en la temporada alta de alpinismo, que inició en octubre y culmina a finales de marzo.
Es por esto que en la Cruz Roja Mexicana llaman al alpinismo responsable, en el que se tomen en cuenta algunas recomendaciones para evitar escenarios como el de los 12 alpinistas. En primer lugar, es importante que la gente tenga un conocimiento del lugar al que se enfrentará y el equipo necesario para escalar.
No obstante, lo más importante es tener un guía certificado que ayude en cualquier inconveniente, alguien realmente profesional que conozca la montaña, sus rutas y el clima que se da en el lugar.
“Tienen que llevar un guía que esté certificado y sea conocido en el parque, no un improvisado. Ese guía es el que va a tomar las decisiones; si hubiera un cambio climático severo, él va a determinar si siguen o no. Con esto estaríamos previendo las situaciones que pudieran causar un accidente”, aseguró el especialista.
En segundo lugar, Ramírez Mauleón dijo que en cada montaña se debe registrar la llegada, cuántas personas van y qué rutas usarán para ascenso y descenso, pero también se debe dar un contacto para casos de emergencia.
Para el momento de empezar a escalar, afirmó que es necesario llevar la ropa adecuada para el frío y los vientos cambiantes, por más que haga calor en el momento. También, llevar comida y bebida necesaria para no sufrir algún tipo de descompensación en el organismo, pero también previniendo los recursos para cualquier eventualidad que retrase el descenso.
De igual manera, en caso de hacer cumbre, es decir, llegar al punto más alto, lo ideal es tener los aditamentos necesarios como guantes, piolets, protectores para la cara y hasta goggles, pues la nieve con el sol puede quemar la retina. Las anteriores son medidas que mucha gente ignora, como los alpinistas del Pico de Orizaba, pero marcan la diferencia entre la vida y la muerte.
Los errores más comunes que ha notado en los alpinistas aficionados, agregó, están el subir sin el conocimiento de una montaña, sin preparación o guía, pero también sin saber cuáles son las capacidades de su cuerpo, ya que por más experiencia que se tenga, en cualquier momento puede haber una descompensación que deviene en un problema más grande.
“Hay que hacer las cosas bien, hay que planear bien el viaje. Que el ascenso sea planificado, ¿qué voy a hacer?, ¿cómo lo voy a hacer?, ¿a qué hora voy a subir?, ¿qué ruta de ascenso y descenso voy a seguir? Todo eso lleva una planeación, no debe ser improvisado porque te pone en riesgo”, afirmó.
Actualmente, la mayoría de las montañas en el país tiene puntos autorizados para ingresar, incluso con albergues y policías en la zona que auxilian en situaciones de emergencia. Estos suelen estar regulados por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) u otra dependencia similar.
Sin embargo, para muchas personas esto todavía es desconocido y se adentran a explorar rutas prohibidas o desconocidas, lo que resulta en exploradores perdidos o accidentes que no sólo ponen en riesgo su integridad, sino también la de los especialistas encargados de efectuar un rescate en una montaña.
“Un grupo de montaña que está preparado, capacitado y entrenado para esto tiene riesgos también, y se arriesgan por salvar a alguien que a lo mejor cometió una imprudencia, porque se le hizo fácil subir. Lo que pasó en el Citlaltépetl, había una alerta nacional de que no se podía subir ese día y, con todo y todo, tomaron la decisión de subir. Obviamente terminó como ya todos sabemos”, aseveró.
Alberto Ramírez enfatizó en la importancia del guía, porque a muchas personas se les hace fácil intentar una escalada por más difícil que esta se torne. En el caso citado, el Pico de Orizaba tiene un albergue en el que es necesario cuestionar si seguir o detenerse ahí, pero es una decisión que algunos se toman a la ligera, pero un guía podría tomar una decisión mejor.
Por esto, expresó que los guías deben ser personas calificadas, conocidas en el parque y, sobre todo, certificados que conozcan al medio al que se adentrarán y los inconvenientes a los que se enfrentarán. Esto cobra más relevancia para los improvisados que apenas empiezan a hacer esta actividad, porque son los que más desconocen las medidas necesarias.
“Hemos encontrado gente que subió con una playera, short y tenis, sin chamarras, sin alimentos ni agua. Por lo regular, la gente a la que se baja de la Malinche es gente que se les ocurrió subir y pierden la noción de dónde están y ya no saben ni qué hacer. Siempre lo hemos dicho en Cruz Roja, el hacer senderismo o hacer cumbre debe ser una actividad planificada”, sentenció Mario Alberto.
