“Estar a las vivas”, clave para no ser robado en el inseguro transporte público

“Estar a las vivas”, clave para no ser robado en el inseguro transporte público

Foto: Enfoque

El transporte público en Puebla tiene múltiples deficiencias, desde las malas condiciones de las unidades hasta el mal manejo de quienes se encargan de operarlas. Otro problema es la inseguridad, ya que es frecuente enterarse o ser víctima de la delincuencia en camiones y combis, tanto robos a mano armada como los famosos “carteristas” que generan inseguridad en los usuarios.

 

Para conocer la percepción de inseguridad, en Imagen Poblana preguntamos a los usuarios cuál es su sensación cuando abordan el transporte público y cuáles son las mejores medidas para evitar ser víctima de la delincuencia. Algo en lo que coinciden es que, indudablemente, es inseguro viajar en el transporte público de Puebla, especialmente en algunos puntos de la ciudad.

 

En primer lugar, Marshall aseguró que en los últimos días él ya no usa demasiado el transporte público, en parte porque prefiere caminar, pero también por la evidente inseguridad a la que se expone. Por lo que sabe, la ruta que más sufre de asaltos es la ruta 21, aunque declaró no usarla con frecuencia, mientras que la zona de mayor cuidado es la periferia del Centro Histórico.

 

Para él, la mejor medida que puede tomar para que no le roben sus pertenencias mientras se traslada es guardar bien sus cosas en la mochila y colocarse esta en la parte del pecho, pues sabe que si la lleva en la espalda es factible que la abran y le roben sin que se dé cuenta. Esto no es algo que vea en los demás, ya que observa cómo la mayoría saca sus objetos de valor sin preocupación.

 

“Los veo tranquilos, ahorita sí ya vas en casi cualquiera (camión) y ves a cualquiera con el celular en la mano, pero igual a mí sí me da cosa”, declaró.

 

 

Por su parte, Eduardo considera que la manera ideal para evitar ser robado en el colectivo es, en primer lugar, estar siempre “a las vivas”, es decir, bien atento a lo que sucede alrededor y no distraerse ni confiarse de la gente, creyendo que nada malo puede suceder, pues vivimos en un país inseguro y el transporte no es la excepción.

 

Respecto a los asaltos en los que directamente se suben a despojar a la gente de sus pertenencias, afirmó que lo mejor siempre es no resistirse ni tratar de ocultar nada, ya que esas personas suelen portar armas y nunca se sabe en qué condición están o qué son capaces de hacer, por lo que es mejor cooperar, ya que “la vida no vale un celular”.

 

Hizo énfasis en que hay muchos pasajeros que se ponen como “presas fáciles”, ya que van con el celular en la mano o la bolsa del pantalón, distraídos y sin fijarse de lo que pasa alrededor, por lo que son los primeros a los que roban.

 

Finalmente, señaló que las rutas más inseguras en Puebla son la 10, Guadalupana, la Remanente, la 2A y las que conectan con Amozoc. Sobre los sitios de más riesgo que atraviesan las unidades, apuntó a Amozoc, Las Torres, Xonacatepec y Amalucan, aunque también dependen de la hora en que se pase por ahí.

 

Por último, David comentó que lo principal para evitar que le saquen sus cosas en el transporte es llevar bien guardadas sus pertenencias, idealmente todo en la mochila y llevarla siempre al frente, a la vista y “a las vivas”. Aunque sabe que es lo más seguro ir así, al final del día las personas siempre van con el celular o dinero en la mano sin preocupación, ya que no sienten peligro al viajar.

 

“Hay de dos, por el día en el horario escolar sí es tranquilo, podría decirse, pero un poco más noche ya de las últimas rutas que pasan, o incluso en la mañana, sí es un poco peligroso. Se siente la inseguridad en quién se sube o a quién le habla el chofer”, dijo nuestro entrevistado.

 

Para él, los camiones o combis de más riesgo son la 2A, la ruta Azteca, la 10, la 52 y todas las que pasan por la CAPU, la Fayuca y, en general, las que atraviesan todo el bulevar Norte. En suma, también siente peligro cuando transita por zonas como Xonaca, San Isidro o las colonias aledañas a Angelópolis.

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