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Durante la época de Rafael Moreno Valle como gobernador, Puebla vivió una transformación en varios aspectos, en parte gracias a las magnas obras que llevó a cabo el mandatario. Las más destacadas fueron el Museo Internacional del Barroco, el Tren Turístico, la remodelación de los estadios y una de las más polémicas y criticadas, la famosa Estrella de Puebla, conocida como “la Noria”.
Esta última cobra más relevancia porque se anunció como un proyecto que, en teoría, se convertiría en uno de los principales atractivos turísticos de la entidad; sin embargo, en los hechos la gran rueda de la fortuna no fue la gran inversión que se esperaba, pues además de no ser rentable, dejó una gran deuda para los poblanos, además ya ni está.
Ahora, en el lugar que un día estuvo la Estrella de Puebla hoy se instala el nuevo corredor turístico “Sendela”, que incluye un carrusel como su mayor atracción. Si bien el regreso de la rueda no está descartado, esta tiene una larga historia detrás que deja ver cómo nunca fue la gran fascinación para los poblanos y turistas que arribaban a la entidad.
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La Estrella de Puebla fue inaugurada el 22 de julio del 2013 con Moreno Valle, obra que en ese entonces significó una inversión de 400 millones de pesos contando el Parque Lineal, ubicados justo en el corredor comercial de Angelópolis. Tiene el Récord Guiness de ser la rueda de la fortuna móvil más grande del mundo, con una altura de 80 metros y 69.8 metros de diámetros.
Aunque estaba en una de las mayores zonas comerciales de la zona metropolitana, la idea del exgobernador fue colocarla, en primera instancia, en el Paseo Bravo, y luego en la explanada frente al CENHCH. Las dos ideas fueron rechazadas por decisión del INAH y luego por los padres de familia de la escuela que veían un riesgo en la obra.
Las primeras críticas a la estrella empezaron en el momento de su inauguración, ya que esta no fue abierta al público. También se reportaron fallas en el funcionamiento, como lámparas que no encendieron y, aunque gratis, sólo funcionaba de noche en los primeros días.
Por si fuera poco, para el 29 de julio, una semana después de su apertura, se vio el primer indicio de cómo esta obra no sería el gran atractivo que se creyó, ya que ese día falló y estuvo detenida por casi dos horas, por lo que tuvieron que hacer labores de rescate para bajar a los cerca de 200 pasajeros.
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Luego de esto, la rueda tuvo un funcionamiento “normal”, pero aun así no fue suficiente para considerarla un éxito. De acuerdo con información del organismo público descentralizado (OPD) Convenciones y Parques, entre el 31 de octubre del 2015 y noviembre del 2021, la Estrella no recaudó lo suficiente para recuperar la inversión que requirió.
Según el OPD, en esos seis años la Estrella de Puebla recibió un total de 2’483,230 visitantes, aunque entre junio del 2020 y noviembre del 2021 estuvo cerrada y sólo la abordaron 22 personas en junio del 2021. La información detalla que los visitantes fueron menos de la mitad proyectados, ya que se esperaba que cada año arribara 1 millón de usuarios.
En cuanto al dinero que esto significó, tampoco es una cifra grande considerando la inversión que requirió, ya que su recaudación en dicho lapso fue de 82’600,466 pesos, es decir, el 20.6 % de lo que el gobierno estatal puso en la Noria y el Parque Lineal.
Tras la pausa de operaciones por el covid-19, la atracción no regresó porque el mantenimiento que requería para echarla a andar nuevamente era de 100 millones de pesos, gasto que el gobernador sustituto, Sergio Salomón Céspedes Peregrina, dijo no haría para darle prioridad a otras áreas del estado.
El mandatario aludió a que lo ideal para que la rueda vuelva a funcionar es darla a un privado, a fin de que se encargue de los gastos de operación. En este sentido, en septiembre del 2023 el jefe del Ejecutivo anunció que finalmente se otorgó la concesión a la empresa Comercializadora y Espectáculos RP S.A. de C.V., que la administrará por los próximos 15 años.
Ahora, se espera que en los próximos tres meses la Noria vuelva a funcionar junto al carrusel Veneciano que fungirá como otro atractivo, en espera de recuperar la multimillonaria inversión hecha en la época del morenovallismo.
