
Los incendios que desde hace una semana está sufriendo la Amazonía (que tiene más del 60% de su territorio en Brasil) han convertido a esta selva tropical en el principal emisor de gases de efecto invernadero del mundo, según un estudio.
"La región se ha convertido en la mayor emisora de gases de efecto invernadero debido al avance de la deforestación y los incendios", alertó en declaraciones al diario O'Globo el doctor en biología e investigador de la Universidad de Sаo Paulo y de la Universidad Federal de Amazonas Lucas Ferrante.
La conclusión, observada a través de datos del sistema de observación de la Tierra de la Unión Europea, el Copernicus, se basa en el elevado volumen de aerosoles y de monóxido de carbono captado en la Amazonía.
Esos gases están asociados a los que provocan el calentamiento del planeta a través del efecto invernadero, como el dióxido de carbono, que también es liberado cuando arde la vegetación.
La Amazonía, la mayor selva tropical del planeta, es uno de los mayores sumideros de CO₂ del mundo, porque los árboles almacenan los gases de la atmósfera, pero cuando se talan o se queman el efecto es el contrario.
Ferrante y otros especialistas puntualizan que el hecho de que la Amazonía se haya convertido en un gran emisor de gases es circunstancial y se debe a la fuerte temporada de incendios, pero alertan de que si la tendencia se consolida en los próximos años, las consecuencias serían muy nocivas para el resto del planeta.
Entre el 1 de enero y el 9 de septiembre de este año, la Amazonía brasileña registró más de 82.000 focos de incendio, más del doble que en el mismo periodo de 2023.
El número solo es mayor que los 85.000 incendios del año 2007, el récord histórico, y se debe en buena parte la sequía histórica que vive Brasil y que bajó gravemente el caudal de muchos ríos, incluso los amazónicos.