
Con la llegada de Miguel Barbosa al frente del Poder Ejecutivo en el estado, se acabó una tradición añeja: "Casa Puebla" dejó de ser la residencia de los gobernadores y abrió sus puertas de par en par para todo el público. Esta iniciativa surgió poco después de que Andrés Manuel López Obrador ascendió al poder y tomó la determinación de no ocupar la residencia oficial de Los Pinos (inmueble donde solía vivir el presidente de México) y decidió habitar en Palacio Nacional.
Durante su campaña política en 2019, el ahora extinto Miguel Barbosa anunció que no viviría en el inmueble ubicado en la zona histórica de Los Fuertes, con el objetivo de devolverle su dignidad al lugar, ya que con el paso de los años se convirtió en una ostentosa residencia. Con esto, la casa se convirtió en la sede del Instituto Estatal de los Pueblos Originarios; además, las puertas fueron abiertas al público como un espacio de cultura y esparcimiento.
Respecto a la historia de Casa Puebla, no existe una publicación oficial; sin embargo, el periodista Raúl Torres Salmerón documentó que fue inaugurada el 15 de enero de 1978 por Ricardo García Sainz, entonces secretario de Programación y Presupuesto. Además, Ítalo Altieri, entonces director de Finanzas, fue el encargado de comprar la casa, la cual fue remodelada por Ricardo Hernández Franco, director de Obras Públicas.
El inmueble original fue construido por Carlos I. Betancourt con estilo californiano antiguo de los años 30 y 40, y al término de su mandato, el Congreso del Estado se la regaló. Entre la clase política, la nombraban la Casa de las Muñecas, pero en las calles, los poblanos la conocían como la Casa de los Claveles, en alusión a que se la “clavaron” del erario. Se dice que Betancourt nunca la habitó, ya que se fue con su familia a vivir a la Ciudad de México después de finalizar su gestión.
Así se veía nuestra ciudad hace casi 90 años desde el cerro de Loreto. Donde vemos la caseta ahora se encuentra "Casa #Puebla" construida por el gobernador Carlos I. Betancourt (1945-51). Fotógrafo desconocido. Colección Pedro Sardá. #ReDescubriendoPuebla pic.twitter.com/pM7VPl8FxI
— Puebla Antigua (@PueblaAntigua) October 18, 2018
En 1978, durante el mandato de Alfredo Toxqui se comenzó a usar como residencia, aunque tampoco la habitó, ya que continuaba viviendo en Cholula. Se pensó como alojamiento para huéspedes importantes, como el presidente de la República o secretarios de Estado, para que no se hospedaran en hoteles durante sus visitas oficiales a la entidad.
Fue durante la reunión de la Conferencia Episcopal Latinoamericana celebrada en 1979 en Puebla que se invitó a hospedarse al Papa Juan Pablo II, quien aceptó, pero por seguridad fue trasladado a la Ciudad de México. En su lugar, se quedaron algunos cardenales.
Casa Puebla ha presentado diversas modificaciones a lo largo de todos estos años a partir de su edificación. Una vez adquirido el inmueble, Alfredo Toxqui construyó el llamado Anexo, que consistía en sala, comedor y departamentos, además de oficinas que incluían despacho, sala de juntas, baños, salón de peluquería y salones privados.
Guillermo Jiménez Morales logró que el gobierno federal cediera al estado una buena parte de la zona histórica de Los Fuertes para agrandar la propiedad. Además, hizo varias adaptaciones como salones de juego, billar, una bodega de vinos y construyó una alberca en el anexo.
Durante el sexenio de Mariano Piña Olaya, se mandó remodelar la casa principal, colocando pinturas de museos y piezas arqueológicas protegidas por el INAH. Del estilo californiano antiguo pasó a ser de tipo mexicano, al estilo del famoso arquitecto Luis Barragán.
Manuel Bartlett Díaz solo hizo pequeños arreglos y construyó el helipuerto. El exgobernador Melquiades Morales Flores tampoco hizo cambios mayores. Por su parte, durante su mandato, Mario Marín Torres conservó el estilo mexicano del inmueble, pero mandó construir una cancha de pasto para jugar futbol.
Quien ejecutó diversos cambios fue Rafael Moreno Valle Rosas, gastando 66.6 millones de pesos en la remodelación, sobre todo en la zona del anexo, donde remodeló la palapa, la alberca, la casa de visitas, una cancha de tenis y unos inmensos salones para todo tipo de reuniones. Se menciona que mientras se ejercitaba, vigilaba la marcha de los funcionarios y sus programas de gobierno a través de computadoras.
Con Tony Gali al frente del Ejecutivo, no se llevaron a cabo cambios; únicamente organizó los fines de semana recorridos de visita al inmueble. Marta Érika vivió allí los diez días en que se desempeñó como gobernadora. Guillermo Pacheco Pulido no llegó a habitarla.
¿Hubo otros lugares anteriormente utilizados como casa del gobernador?
"Usualmente los gobernadores vivían en sus propias residencias, teniendo exclusivamente su despacho en el Palacio de Gobierno, el cual estaba ubicado en Av. Reforma 711 después del Imperio", asegura en entrevista para Imagen Poblana, David Ramírez Huitrón, investigador de Puebla Antigua.
Señaló que hubo varias residencias de gobernadores famosas, como la casa de Ignacio Romero Vargas, que es actualmente la preparatoria Emiliano Zapata de la BUAP, en el edificio Munuera de la 4 oriente.
La de Rosendo Márquez, en la esquina de la 11 sur y 11 poniente (que luego fue demolida para ampliar la 11 sur), la de Mucio Martínez al comienzo de la Avenida Juárez, o las casas de Gonzalo Bautista Castillo en la colonia La Paz y luego en la colonia Zaragoza, o la de Abelardo Rodríguez cerca del aeropuerto, o la misma Quinta Chignautla, propiedad de Maximino Ávila Camacho.
"Ya fue por allá de 1946 que Carlos I. Betancourt construye Casa Puebla, ya que él no era originario de la ciudad de Puebla", finalizó Ramírez.