Lo que le faltaba al PAN en su debacle: un nuevo dirigente con un pasado oscuro

Lo que le faltaba al PAN en su debacle: un nuevo dirigente con un pasado oscuro

Foto: Enfoque

Este domingo, el Partido Acción Nacional (PAN) eligió en la persona de Jorge Romero Herrera a su nuevo dirigente nacional por los próximos tres años. Con menos del 50 % de participación de militantes, el diputado federal con licencia obtuvo el 80 % de los votos, mientras que el 20 % restante fue para Adriana Dávila.

 

Romero Herrera tiene un pasado oscuro, pues ha sido relacionado con actos de corrupción, principalmente por el caso del Cártel Inmobiliario. Entre 2001 y 2003, el próximo líder del blanquiazul a nivel nacional comenzó a construir el control de su partido en la delegación Benito Juárez y luego como diputado local en 2006 y 2009.

 

En el 2012, Jorge Romero fue electo como jefe delegacional, tiempo en el que comenzaron a difundirse los escándalos de corrupción, y hasta el expresidente Felipe Calderón los denunció en su libro Decisiones difíciles, publicado en 2020, después de que estuvo involucrado en el saqueo de los recursos para la reconstrucción tras el sismo de 2017 junto con Leonel Luna, quien murió en accidente y Mauricio Toledo, fugitivo actualmente.

 

Cuando Margarita Zavala renunció al PAN en 2018 al no poder ser la candidata presidencial, Calderón acusó a Romero Herrera de actos de corrupción en la alcaldía Benito Juárez; incluso, la exprimera dama también acusó al actual senador Ricardo Anaya de ser cómplice de Jorge, Leonel y Mauricio sobre los recursos de la reconstrucción.

 

De igual manera, la exdiputada Paula Soto renunció al partido en protesta por el predominio del grupo de Romero Herrera, señalando que a lo largo de 10 años denunció con pruebas la alteración del padrón de militantes a manos de un grupo de personas, con nombre y apellido. Alteraciones consentidas desde la dirigencia de ese tiempo en el PAN-DF.

 

Fue en esos tiempos en que Jorge Romero inició una relación con Nicias René Aridjis, director General de Obras y Desarrollo Urbano de 2006 a 2018, y que fue considerado el presunto “cerebro” operativo del Cártel Inmobiliario.

 

De acuerdo con la Fiscalía de la Ciudad de México, este cártel opera desde hace más de 15 años a través de una red de políticos, en su mayoría del Partido Acción Nacional, que gobierna la alcaldía Benito Juárez de forma ininterrumpida desde el año 2000.

 

En 2022, salió a la luz una investigación que señala que la Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial de Ciudad de México alertó en el 2014 a Jorge Romero, entonces alcalde de Benito Juárez, sobre una serie de irregularidades en al menos siete construcciones, pidiéndole tomar medidas como sancionar a las empresas constructoras o demoler los pisos extras construidos al margen de la ley; sin embargo, la alcaldía hizo caso omiso y mantuvo intactas todas las propiedades.

 

Hasta abril de 2024, más de 130 edificios forman parte de la investigación, que ha procesado al menos a 15 funcionarios públicos, incluyendo el exalcalde Christian von Roehrich y Nicias Aridjis Vázquez, exdirector de Obras y Desarrollo Urbano de Benito Juárez, y aunque Romero Herrera está relacionado directamente con el Cártel Inmobiliario, la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México no le ha fincado cargos aún.

 

En ese sentido, surge una interrogante, ¿con estos antecedentes podrá Jorge Romero unir a los panistas y revivir al partido?

 

De hecho, diversos columnistas señalan que el PAN, actualmente, es un partido extraviado ideológicamente y derrotado en lo electoral, además de que no es una alternativa para la sociedad que no respalda el proyecto de Morena.

 

Precisan que es un partido que se quedó sin dirigentes capaces de enderezar el rumbo y que solamente tuvo una opción para la renovación de su dirigencia en Jorge Romero, a quien de por sí ya se le había hipotecado el partido. Incluso, subrayan que México, en el peor momento, tiene la peor oposición de la historia, sobre todo en días oscuros para la democracia.

 

Pero, además, hay que sumarle en el caso de Puebla, donde sólo votaron 1,153 militantes de un padrón de 4,634 panistas en la capital del estado, quedando de manifiesto que no hubo interés de la militancia, que con antelación acusó irregularidades en la contienda.

 

Incluso, muchos militantes del PAN en Puebla, al ser requeridos para dar su opinión sobre Jorge Romero y cuáles son los puntos que se requieren trabajar para convertir al partido en una posición fortalecida y competitiva, simplemente dijeron que han hecho una pausa en sus intereses partidistas.

 

Un destacado militante que fue diputado federal en la pasada legislatura afirmó textualmente: “agradezco la entrevista, pero ya estoy fuera de la jugada del PAN”. Otro militante, que participó en las elecciones pasadas y que se caracterizaba por opinar ampliamente sobre el PAN y el acontecer nacional ni siquiera contestó el teléfono.

Notas Relacionadas