La exposición de los niños a dispositivos digitales como tabletas, teléfonos, consolas de videojuegos o computadoras desde edades tempranas está generando todo tipo de preocupaciones sobre el impacto que esto podría tener en su desarrollo y bienestar.
Los expertos señalaron que el uso excesivo de pantallas deriva en comportamientos adictivos entre los niños y adolescentes, algunos incluso llegan a despertarse en la madrugada para interactuar con sus dispositivos.
De acuerdo con una investigación de DKV y la ONG “Educar es Todo”, 45 % de los adolescentes entrevistados aceptó tener dificultades para desconectarse de la tecnología, y muchos utilizan estos aparatos como un refugio emocional. Asimismo, uno de cada tres niños es incapaz de dejar su tableta o teléfono mientras come.
La sicóloga Silvia Álava, destacó que el problema radica en la interferencia de la tecnología en la vida cotidiana de los niños. Algunas señales como bajas calificaciones, aislamiento social o cambios bruscos de humor pueden indicar que existe una adicción a la tecnología. Además, indicó que cuando los niños dependen de las pantallas para lidiar con sus emociones, estas se convierten en un “chupón emocional”.
“Muchos de los menores no solo pasan tiempo con las pantallas, sino que llegan al punto de necesitar más tiempo, más estímulos o más recompensas digitales, lo que desemboca en un círculo vicioso de dependencia”, comentó Álava.
En algunos países, la edad promedio en la que los niños reciben su primer teléfono ronda los 11 años, una edad en la que tienen sensibilidad del cerebro infantil a los estímulos adictivos. La experta recomienda retrasar el uso de teléfonos hasta al menos los 14 años, así como mantener un límite de tiempo frente a las pantallas para los niños menores de 5 años.