Mientras Ricardo Salinas Pliego se preparaba para su participación en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) en Buenos Aires, donde se encontraría con líderes de la extrema derecha como Donald Trump y Javier Milei, un terremoto financiero sacudió su imperio. La caída de las acciones de Grupo Elektra hasta de 70.97% en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) no solo redujo su fortuna en más de 5,500 millones de dólares, sino que planteó preguntas sobre el impacto real de esta debacle: ¿afectará a los clientes que compran en estas sucursales o se limitará a golpear el bolsillo del magnate?
Ahora que voy rumbo a #BuenosAires, me tomaré un momento para ustedes mis queridos sobrinos. Les platico la verdadera historia de lo que pasó con @ElektraMx, y como, por instrucciones del #BañaGatos @JesusRCuevas, tenemos una nueva campaña en contra de mis empresas, así de buenos… pic.twitter.com/5vI0nOApzm
— Don Ricardo Salinas Pliego (@RicardoBSalinas) December 4, 2024
¿Qué pasa cuando una empresa pierde valor en la bolsa?
La caída de las acciones afecta principalmente a los inversionistas, quienes ven disminuir el valor de su participación. Para un empresario como Salinas Pliego, cuya fortuna está estrechamente ligada a Elektra, esta pérdida también significa una merma en su poder adquisitivo y capacidad de maniobra financiera.
Sin embargo, para los clientes de Elektra, que han construido su relación con la empresa a través de pagos a crédito, la caída de las acciones no tiene un impacto directo, al menos por ahora.
¿Hay un riesgo para los clientes?
Aunque la caída en bolsa no afecta inmediatamente a los consumidores, podría ser una señal de problemas estructurales dentro de la empresa. Elektra depende de su modelo de financiamiento para generar ingresos y cualquier afectación a su flujo de efectivo podría traducirse en:
- Cambios en las condiciones de crédito: incremento en las tasas de interés o restricciones para nuevos préstamos.
- Disminución de servicios: cierre de sucursales en regiones donde la operación sea menos rentable.
- Deterioro de la reputación: un desplome tan público puede generar incertidumbre entre clientes y proveedores.
Entonces, ¿cuáles son los escenarios para Salinas Pliego?
Cuando las acciones de una empresa caen drásticamente, como en el caso de Grupo Elektra, el impacto puede ser significativo tanto financiera como operativamente:
- Pérdida de valor de mercado: una baja en el precio de las acciones reduce el valor total de la empresa y dificulta su capacidad de atraer inversiones o financiamiento.
- Problemas de liquidez: si la empresa depende de la venta de acciones para operar, esta opción se limita, lo que puede derivar en recortes de presupuesto, despidos o venta de activos.
- Reputación afectada: la caída genera desconfianza en inversionistas, clientes y proveedores, quienes pueden temer por la estabilidad de la compañía.
- Mayor escrutinio: reguladores pueden investigar problemas internos y los competidores podrían aprovechar para intentar adquisiciones hostiles.
Casos extremos: ¿Qué puede pasar?
Quiebra:
Si una empresa no puede recuperarse de una caída drástica, puede entrar en bancarrota, lo que impactaría tanto a inversionistas como a empleados y clientes.
Privatización:
Como lo planea hacer Salinas Pliego con Elektra, una empresa puede optar por dejar de cotizar en la bolsa para reducir el escrutinio público y tratar de reestructurarse en privado. Esto, sin embargo, limita su acceso a capital público y pone la carga en un grupo más reducido de propietarios.
Adquisición hostil:
Una caída en el precio de las acciones puede convertir a una empresa en un objetivo para adquisiciones por parte de competidores o fondos de inversión.