Luego del empate 0-0 entre las Águilas del América y las Chivas del Guadalajara el pasado sábado, el clima en el Estadio Akron se tornó tenso, y los ánimos se caldearon aún más cuando un aficionado rojiblanco lanzó una botella que impactó al defensor del América, Kevin Álvarez.
El incidente ocurrió justo después del silbatazo final, lo que encendió la controversia y desató una serie de provocaciones por parte de algunos jugadores de las Águilas hacia la afición de Chivas. En particular, Álvarez y su compañero Luis Malagón fueron señalados por su actitud desafiante y provocadora hacia los seguidores del equipo rival.
La situación se agravó cuando los jugadores del América, en lugar de calmar los ánimos, respondieron con gestos y actitudes que claramente incitaron aún más la reacción de los asistentes del estadio.
Estas provocaciones fueron captadas por las cámaras de televisión y rápidamente comenzaron a circular en las redes sociales, donde la indignación entre los seguidores de Chivas no tardó en manifestarse. La conducta de los futbolistas fue vista como una falta de respeto hacia la afición y, además, un acto que podría haber exacerbado una situación ya de por sí peligrosa tras el lanzamiento de la botella.
Ante estos hechos, varios aficionados y expertos en el futbol mexicano han pedido que la Comisión Disciplinaria de la Liga MX actúe conforme al reglamento de agresiones y sanciones de manera ejemplar a los jugadores involucrados. Según las reglas establecidas por la liga, los jugadores que inciten o provoquen a la afición pueden ser castigados con sanciones que van desde multas económicas hasta suspensiones por hasta tres partidos.
En este caso, se ha solicitado que tanto Álvarez como Malagón reciban una sanción de hasta tres partidos de suspensión, considerando que sus actitudes después del incidente no fueron apropiadas y, además, aumentaron el riesgo de una confrontación mayor.
