
Tras el deceso del papa Francisco este 21 de abril, un hecho que no pasó desapercibido para muchos fue que el fallecimiento de Jorge Mario Bergoglio guarda una gran coincidencia con la leyenda que atribuye la fundación de Roma al 21 de abril de 753 a.C.
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Según los relatos, los gemelos Rómulo y Remo, hijos de Rea Silvia y el dios Marte, escaparon de un destino trágico cuando fueron arrojados al río Tíber en una cesta. La loba Luperca los rescató y amamantó, dándoles la oportunidad de crecer y vengar la traición contra su familia. Tras restituir a su abuelo Numitor en el trono, recibieron tierras donde, siguiendo los ritos etruscos, fundaron la ciudad de Roma.
El mito dice que el 21 de abril es la fecha fundacional, y fue adoptado como efeméride oficial a lo largo de los siglos, aunque existen otras versiones que apuntan al crecimiento urbano en torno al Foro Romano como el verdadero inicio.
Hoy, más de dos milenios después, ese mismo día se volvió de luto con la muerte del líder de la Iglesia católica, que durante más de una década marcó una etapa importante en la historia de la Iglesia y el Vaticano.