
En Roma desplegaron un operativo de seguridad sin precedentes ante el funeral del papa Francisco, programado para este sábado 26 de abril a las 10:00 de la mañana en la basílica de San Pedro. La capital italiana se prepara para recibir a cientos de miles de personas, coincidiendo con un contexto internacional complejo y la celebración nacional de la Fiesta de la Liberación.
Durante tres días, miles de fieles acudieron a rendir homenaje al pontífice. Las autoridades del Vaticano extendieron el horario nocturno de ingreso para permitir el paso continuo de visitantes. "El horario para poder ver al papa y rendirle un último homenaje cerrará a las 19:00 de la tarde", informó el Vaticano. A las 20:00 se llevará a cabo el cierre del ataúd, en un acto presidido por el cardenal camarlengo Kevin Farrel.
El ministro del Interior italiano comunicó el jueves por la tarde que ya había "182 delegaciones internacionales confirmadas, además de 50 jefes de Estado y 10 monarcas". Entre los mandatarios que asistirán al funeral figuran Donald Trump, Javier Milei, Luiz Inácio Lula da Silva, Emmanuel Macron y Volódimir Zelenski. También estará presente la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, entre otros representantes europeos y mundiales.
Las autoridades italianas diseñaron un dispositivo de seguridad que incluye más de 4.000 policías, francotiradores, agentes especializados en detección de explosivos y una zona de exclusión aérea. A esto se suman soldados del Ejército con sistemas antidrones, aviones Eurofighter y un destructor en las costas de Fiumicino, cerca del principal aeropuerto romano.
El cortejo fúnebre recorrerá las calles de Roma hasta Santa María Mayor, lugar elegido por el pontífice para su sepultura. Durante el traslado, se espera una masiva congregación de fieles a lo largo de la Via della Conciliazione, arteria principal que conecta con la basílica de San Pedro. Según lo previsto, "los cientos de miles de fieles se tendrán que colocar primero a lo largo de la Via della Conciliazione y luego se moverán hasta el lugar elegido por el papa para ser enterrado".
Protección Civil y el Ayuntamiento de Roma movilizaron más de 30.000 voluntarios, personal sanitario, ambulancias y equipos médicos para asistir a la población en puntos clave de la ciudad y el Vaticano. Las autoridades pidieron a los asistentes que "acudan con botellas de agua y sombra tanto a hacer cola como al funeral del sábado".
Más allá del elevado número de visitantes y la complejidad del dispositivo, el funcionamiento diario de la ciudad transcurrió con normalidad. Hasta el momento, no se han registrado incidentes destacables. (NotiPress)