Durante una entrevista para el podcast Soul Boom, el actor Steve Burns, de 51 años, conocido haber sido la cara de uno de los programas infantiles más populares, reveló que durante su participación en “Las pistas de Blue”, su paga era mucho menor comparada a la de muchos de sus amigos que eran camareros. Y aunque el programa le dio fama, su estabilidad económica únicamente llegó hasta que trabajó como actor de voz, lo que le permitió mantenerse activo profesionalmente.
De acuerdo con Burns, aspiraba a una carrera en el teatro y creyó que estaba audicionando para un trabajo de doblaje en una animación, pero terminó improvisando ante una cámara, y comenzó a hablarle a esta como si se dirigiera a los niños que los estaban viendo.
Durante seis años, su presencia marcó a una generación de espectadores y lo hizo merecedor de una nominación a los Daytime Emmy, pero el éxito no impidió que atravesara dificultades personales. Burns confesó que sufría de depresión clínica desde antes de dejar el programa en 2002 y a partir de entonces, comenzó un largo periodo de aislamiento en una casa de Brooklyn, donde pasaba sus días en soledad, mientras bebía vino, veía televisión y pedía comida.
En ese entonces, comenzaron a surgir rumores sobre su supuesta muerte en internet, algunos aseguraban que había fallecido por una sobredosis o en un accidente, y hasta su familia llegó a dudar de su estado, por lo que, dice, vivió con una sensación incómoda de ser una figura que parecía no tener cabida en la memoria colectiva.
Con el paso del tiempo, decidió buscar ayuda y comenzó a asistir a terapia, asegurando que solo cuando fue capaz de pedir ayuda, tal como su personaje lo hacía en la serie, su vida empezó a mejorar.
Hoy, Burns retoma poco a poco su lugar en el mundo del entretenimiento y trabaja como guionista en los episodios de la nueva versión del programa. Además, aparece frente a cámara junto al presentador Josh Dela Cruz.
