
Este 6 de junio se celebra el Día Mundial de la Dona, un pretexto perfecto para saborear este pan dulce esponjoso, frito y cubierto de azúcar o chocolate. Pero más allá del antojo, ¿sabemos realmente qué provoca una dona, y otros panes dulces típicos, en nuestro cuerpo?
En México, el pan dulce no es solo un alimento: es cultura, acompañamiento obligado del café con leche, del atole o del desayuno dominguero. Sin embargo, esta tradición esconde un riesgo silencioso para la salud pública.
¿Ya fuiste por la tuya? ????????
— Imagen Poblana (@ImagenPoblana) June 6, 2025
Este 6 de junio se conmemora el #DíaDeLaDona, por lo que la cadena #KrispyKreme ofrece todas sus donas en 21 pesos y regala una adicional. pic.twitter.com/7n8HKsMqqz
El pan dulce en la dieta mexicana
México consume cerca de 33.5 kilos de pan por persona al año y, aunque la mayoría es pan blanco, una parte importante pertenece al rubro de pan dulce, según datos de la Cámara Nacional de la Industria Panificadora (CANAINPA). En prácticamente cada colonia hay una panadería que ofrece conchas, cuernitos, donas, orejas y polvorones, como los favoritos del día a día.
Lo que pocos saben es que una concha común puede contener hasta 180 calorías, una dona glaseada 250, y un polvorón más de 290 calorías, además de altos niveles de azúcar y grasas saturadas. Una sola pieza puede representar más de la mitad del azúcar diaria recomendada, advirtió un estudio de la Harvard T.H. Chan School of Public Health.
Efectos del pan de dulce en el cuerpo
El consumo frecuente de pan de dulce tiene varias consecuencias negativas para la salud:
Aumento de peso y obesidad: su alto contenido de azúcares y harinas refinadas contribuye al incremento de peso, especialmente si se consume en exceso y sin una dieta equilibrada.
Riesgo de diabetes: el exceso de azúcar eleva los niveles de glucosa en sangre, lo que a largo plazo puede llevar al desarrollo de resistencia a la insulina y diabetes tipo 2.
Problemas cardiovasculares: Las grasas saturadas y el sodio presentes en muchos panes dulces pueden elevar el colesterol y la presión arterial, aumentando el riesgo de enfermedades cardíacas.
Alteraciones digestivas: el consumo diario puede provocar estreñimiento y afectar el microbiota intestinal, debido a la falta de fibra y el exceso de harinas refinadas.
Dependencia al azúcar: el consumo habitual puede generar una especie de adicción al azúcar, dificultando la reducción en su ingesta y provocando cambios en el estado de ánimo.
¿Es posible disfrutar del pan de dulce sin afectar la salud?
Los especialistas coinciden en que el consumo ocasional de pan de dulce, dentro de una dieta balanceada y acompañado de actividad física, no representa un riesgo grave para la mayoría de las personas. La clave está en la moderación y en buscar alternativas más saludables, como panes integrales o postres con menor contenido de azúcar y grasa.