
Durante la temporada de incendios forestales, el humo generado por la quema de vegetación representa una amenaza directa para la salud pública. Este tipo de contaminación incluye partículas y compuestos químicos peligrosos que pueden agravar diversas enfermedades respiratorias y cardiovasculares.
Según la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA), el componente más preocupante del humo son las partículas PM2.5, las cuales se describen como "la mayor amenaza para la salud". Estas partículas son 30 veces más delgadas que un cabello humano y pueden ingresar al sistema respiratorio, llegando incluso al torrente sanguíneo.
NotiPress tuvo acceso exclusivo a declaraciones de Sadeer Al-Kindi, cardiólogo preventivo en el Hospital Houston Methodist. El especialista aseguró que "el material particulado fino, o PM2.5, es uno de los contaminantes del aire más estudiados y un importante factor ambiental de riesgo para enfermedades cardiovasculares".
Ante estos riesgos, Al-Kindi presentó cinco recomendaciones esenciales para protegerse durante la exposición al humo de incendios forestales. La primera consiste en revisar regularmente la calidad del aire mediante índices como el AQI o el IMECA. Estas herramientas brindan información útil y recomendaciones de salud según los niveles de contaminación.
La segunda medida sugiere limitar el tiempo al aire libre durante y después de los incendios, ya que incluso con la desaparición del humo, persiste la ceniza en el ambiente. Según los CDC, la ceniza puede irritar ojos, nariz, piel y pulmones, especialmente si proviene de materiales distintos a la vegetación. "La mejor forma de evitar la exposición al material particulado es quedarte en interiores la mayor parte del tiempo durante los episodios de contaminación", explicó el Dr. Al-Kindi.
Como tercera medida, se recomienda utilizar mascarillas especializadas como las N95 o respiradores P100 al salir. "Las mascarillas quirúrgicas o de tela no bastan para proteger tus pulmones del material particulado", puntualizó.
El cuarto consejo está dirigido a los grupos sensibles, como menores, adultos mayores, embarazadas y personas con enfermedades crónicas. Estas personas deben ser especialmente cuidadosas y monitorear la calidad del aire incluso en días sin incendios. "No solo aumentan las partículas finas el riesgo de enfermedades cardiovasculares, sino que la inflamación que provocan puede desencadenar una serie de reacciones en el cuerpo que afectan distintos órganos", explicó el especialista del Houston Methodist.
Por último, el médico aconseja buscar atención médica ante la aparición o agravamiento de síntomas relacionados con la inhalación de humo. Entre los signos más comunes se encuentran tos, ojos irritados, opresión en el pecho, mareos y fatiga inusual. "Aunque no puedes controlar el clima, hay medidas simples como revisar la calidad del aire, usar un respirador y saber cuándo buscar atención médica que son clave para proteger tu salud a largo plazo", afirmó Al-Kindi. (NotiPress)