En los pasillos del Congreso del Estado de Puebla, una iniciativa legislativa ha encendido el debate sobre la equidad de género en las fuerzas de seguridad. La propuesta busca establecer por ley que al menos 50 % de los elementos policiales en la entidad sean mujeres, un planteamiento que no solo busca la igualdad, sino también una transformación profunda en el modelo de seguridad pública.
La interrogante que surge de inmediato es: ¿por qué esta exigencia de paridad? Los impulsores de la iniciativa argumentan que la integración de más mujeres en los cuerpos policiales no es solo una cuestión de justicia social, sino una estrategia para fortalecer la confianza ciudadana y mejorar la efectividad de las corporaciones.
Se subraya que la presencia femenina puede humanizar la labor policial, fomentar una mayor cercanía con la población, especialmente en casos de violencia de género y delitos que afectan a mujeres y niños, donde las víctimas pueden sentirse más cómodas al interactuar con una oficial.
Además, se destaca la capacidad de las mujeres para abordar conflictos desde una perspectiva menos confrontativa y más orientada a la resolución.
¿Cuál es la realidad actual en las corporaciones policiales de Puebla? Si bien no existen cifras públicas exactas y actualizadas de todas las corporaciones municipales y estatales de Puebla al día de hoy, un análisis general revela que la presencia femenina dista mucho de 50 % propuesto.
Se tienen datos, por ejemplo, de que para agosto de 2023, al menos 40 mujeres ocupaban altos mandos dentro de la Policía Municipal de Puebla, incluyendo direcciones administrativas y operativas.
En la mayoría de los cuerpos de seguridad en el país, y Puebla no es la excepción, las mujeres representan una minoría significativa, con porcentajes que oscilan, en el mejor de los casos, entre 15 y 30 por ciento del total de los elementos. Esta disparidad se acentúa en los rangos de liderazgo y operativos de alto riesgo.
¿Llevan a cabo las mujeres policías los mismos roles laborales que los hombres? La respuesta es un rotundo sí, aunque con matices. En la actualidad, las mujeres policías en Puebla y en todo México desempeñan una amplia gama de funciones, desde labores administrativas y de escritorio hasta patrullajes, investigación, trabajo en unidades especializadas como la Policía Cibernética, unidades de género, policía montada y fuerzas de reacción.
Sin embargo, persisten desafíos. A menudo, las mujeres se enfrentan a prejuicios y estereotipos que limitan su acceso a ciertos roles o ascensos. Aunque legalmente no hay distinción, en la práctica, pueden ser asignadas con mayor frecuencia a áreas consideradas "menos riesgosas" o de atención al público, o enfrentar barreras para acceder a equipamiento adecuado o capacitación específica.
La iniciativa busca precisamente romper con estas dinámicas y garantizar una igualdad de oportunidades real.
La integración de las mujeres en la policía hasta nuestros días
La historia de la mujer en la policía es relativamente reciente si se compara con la milenaria existencia de las fuerzas del orden dominadas por hombres. Las primeras incursiones de mujeres en la policía datan de finales del siglo XIX y principios del XX en países como Estados Unidos y Reino Unido.
Sus roles iniciales estaban fuertemente condicionados por los roles de género de la época: se les asignaba a la protección de mujeres y niños, la moral pública o labores de asistencia social. Eran a menudo "policías de bienestar" o "matronas" encargadas de supervisar a mujeres en prisión o menores infractores. En México, la integración fue aún más tardía y, además, limitada.
Con el paso del tiempo y el avance de los movimientos feministas, las mujeres comenzaron a demandar y obtener roles más activos y operativos. Después de la Segunda Guerra Mundial, se observó un incremento gradual de mujeres en tareas de patrullaje y en la investigación criminal.Sin embargo, seguían enfrentando resistencia, salarios desiguales y falta de reconocimiento.
A partir de las últimas décadas del siglo XX, y con el impulso de la legislación antidiscriminación y la promoción de la igualdad de género a nivel internacional, la presencia femenina en las corporaciones policiales ha crecido exponencialmente.
Hoy en día, las mujeres están integradas en prácticamente todas las ramas de la policía, alcanzando rangos jerárquicos importantes y demostrando su valía en tareas de alto riesgo y especialización.
Se han creado unidades de género, se ha promovido la capacitación en perspectiva de género y se reconoce cada vez más la importancia de la diversidad para una seguridad pública más efectiva y sensible a las necesidades de la sociedad.
La propuesta de ley en Puebla, al exigir 50 % de mujeres policías, no solo es un eco de esta evolución histórica; su aprobación podría sentar un precedente importante para el resto del país y marcar un antes y un después en la conformación de las fuerzas del orden.
