Las autoridades de Los Ángeles impusieron un toque de queda nocturno en el centro de la ciudad tras cinco días consecutivos de protestas contra la política migratoria. El presidente Donald Trump, las fuerzas militares y el Departamento de Policía local informó que durante la noche del martes realizaron 197 arrestos, incluidos 67 manifestantes que bloquearon la autopista 101.
Desde el viernes anterior, las movilizaciones comenzaron en respuesta a una serie de redadas federales contra inmigrantes. A lo largo de los días, las protestas se intensificaron con saqueos, bloqueos viales, fogatas y ataques a comercios. Según cifras oficiales, al menos 23 establecimientos fueron saqueados el lunes, y más de 500 personas han sido detenidas desde el inicio de las protestas.
Por su parte, la alcaldesa Karen Bass declaró el toque de queda de 8:00 p.m. a 6:00 a.m., cubriendo un área de aproximadamente 2,5 kilómetros cuadrados. "La medida ha buscado detener el vandalismo y los saqueos", afirmó. Solo están exentos los residentes, periodistas acreditados y el personal de emergencia.
Ante esta situación, el gobierno federal desplegó 4.000 efectivos de la Guardia Nacional y 700 marines, medida que fue duramente cuestionada por las autoridades californianas. El gobernador Gavin Newsom presentó una demanda ante la Corte del Distrito Norte del Estado solicitando frenar la presencia militar, citando la Ley Posse Comitatus, que restringe el uso de tropas para funciones policiales internas.
Mientras tanto, la portavoz militar indicó que los marines iniciarán operaciones a partir del miércoles, con tareas centradas en la protección de instalaciones federales y el acompañamiento en operativos migratorios. El Pentágono estimó que el despliegue tendrá un costo de al menos 134 millones de dólares.
Durante un discurso en Fort Bragg, Carolina del Norte, el presidente Trump calificó las protestas como "una invasión de enemigos extranjeros" y declaró: "Esta anarquía no se mantendrá. No permitiremos que una ciudad estadounidense sea conquistada".
Fuera de California, el impacto de estas acciones también se ha extendido. Ciudades como Nueva York, Chicago, San Francisco, Atlanta y Austin han reportado protestas y detenciones. En Texas, el gobernador Greg Abbott anunció el despliegue de su Guardia Nacional. "Dañar a personas o propiedades es ilegal y resultará en arrestos", escribió en su cuenta oficial en X.
Pese a los llamados a la calma, las protestas continúan en distintos puntos del país. Las próximas jornadas serán clave para determinar si las acciones legales y políticas frenan la expansión del operativo federal o si la confrontación escala en otras regiones. (NotiPress)
