
Ernest Oliver, un joven de 22 años preso en Rikers Island, presentó una demanda federal contra el Departamento de Correccionales de Nueva York tras sufrir una erección dolorosa, conocida como priapismo isquémico, que duró cinco días ininterrumpidos y no recibió atención médica oportuna. La condición se derivó del uso combinado de Trazodona y Risperidona, causándole daños físicos irreversibles, entre ellos disfunción eréctil permanente y esterilidad.
Oliver aseguró que ya había reportado episodios de erecciones involuntarias desde hace varios meses y jamás recibió el tratamiento adecuado. El 28 de octubre de 2024, la situación se convirtió en una emergencia, pues a pesar de solicitar ayuda en varias ocasiones, no fue trasladado a un hospital hasta el 1 de noviembre, cuando una oficial retomó su turno y se sorprendió de que aún no hubiese sido atendido.
En el Hospital Bellevue, los médicos intentaron aspirar la sangre acumulada en el pene con solución salina y fenilefrina, aunque sin éxito, debido al tiempo transcurrido y la viscosidad de la sangre. Posteriormente, se le practicó una cirugía de emergencia para implantar un shunt, pero ya se habían producido necrosis y fibrosis en los tejidos, lo que le dejó graves secuelas funcionales.
La demanda detalla que, tras regresar a Rikers, Oliver fue objeto de burlas por parte de los oficiales penitenciarios, quienes se referían a su condición con sarcasmo y humillaciones. Uno de ellos, según el expediente, comentó: “ya no va a causar problemas porque su pene no funciona”, lo que provocó un trauma sicológico en el joven.
Por su parte, su representante legal denunció la violación de sus derechos constitucionales y señaló que este caso se suma a un patrón de negligencia documentado en la prisión, donde otros internos también sufrieron daños por falta de atención médica. Además, exige una indemnización de al menos 30 millones de dólares por daños físicos, emocionales y morales.
Este caso vuelve a colocar en el foco las condiciones inhumanas de Rikers Island y su falta de protocolos eficaces para responder a emergencias médicas. La demanda también citó estudios que advertían sobre el riesgo del uso combinado de antidepresivos y antipsicóticos.