Se hunde la Economía de Estados Unidos

Se hunde la Economía de Estados Unidos

Esta semana la Oficina de Análisis Económico del gobierno de Estados Unidos (BEA por sus siglas en inglés) dio a conocer su tercera estimación del crecimiento del Producto Interno Bruto durante el primer trimestre de este año. Los resultados mostraron que la actividad económica cayó 0.5% que es mayor a lo previsto anteriormente -0.3% y mucho peor de lo que inicialmente se había proyectado, un crecimiento del 0.8%. ¿Es Trump responsable de esta caída y qué tanto afectará nuestra economía

 

El primer trimestre del año (enero-marzo) es, de manera estacional, el trimestre con la menor actividad debido a que las familias vienen gastadas del fin de año y pasan por la cuesta de enero por lo que disminuyen su consumo; por su parte, las empresas inician el año elaborando presupuestos y postergan sus inversiones hasta el segundo trimestre. Estados Unidos preveía que iba a tener una tasa de crecimiento baja de apenas 0.8%, sin embargo, la ultima estimación mostró que la economía decreció medio punto porcentual y esta es la mayor caída desde la pandemia de Covid19.

 

Si bien la economía de Estados Unidos, -todavía la mayor del mundo- se venía ralentizando desde el último trimestre de 2024 (como se muestra en la gráfica), la caída de los primeros meses del año ha sido inesperada por la magnitud y aunque no se puede decir técnicamente que nuestro vecino está en recesión, se han encendido las alarmas para la reactivación económica. 
 

Elaborado con datos de BEA (Oficina de Análisis Económico de E.U.A)

 

Si analizamos los datos desagregados, observamos que la mayor caída está en el sector externo que se calcula restando las exportaciones a las importaciones, esto significa que las compras al extranjero crecieron más que lo que Estados Unidos vende a los otros países; el aumento fue del 47%, lo que representa el mayor aumento desde la segunda guerra mundial. La causa se debe a que en el mes de enero y febrero las empresas adelantaron sus compras al extranjero para prevenirse de los aranceles que impuso Donald Trump. El otro rubro que presentó la mayor caída fue el gasto público por los recortes presupuestales del gobierno federal. Por lo tanto, sí fue la política trumpista la responsable de la caída económica. 

 

Aunque el consumo privado presentó aumentos y fue sustancial para contener la caída, el sector industrial cayó 2.8% y los servicios se contrajeron 0.3%, esto último asociado a una moderación de la demanda que realiza la población migrante que se abstuvo de salir a realizar sus consumos normales por miedo a las redadas y deportaciones masivas.

 

Será hasta el 30 de julio cuando el INEGI presente los resultados para México, sin embargo, se estima que nuestra economía crezca entre el 0.2 y 0.5% en el primer trimestre, en parte se habría beneficiado por las compras anticipadas que realizaron las empresas; sin embargo, para el segundo trimestre la economía podría haber estado más cercana al 0% por los efectos de la economía estadounidense. Esto se explica porque nosotros resentimos los efectos con un trimestre de retraso, si Estados Unidos se contrajo en el primer trimestre, es de esperarse que impacte en la economía mexicana en el segundo trimestre.

 

Como punto a favor habría que decir que, a diferencia de Estados Unidos, México ejecuta una política fiscal expansiva que se apoya en fomentar el aumento del consumo de las familias y expandir el gasto público. Hay varios megaproyectos de este sexenio que han iniciado a partir del segundo trimestre, como la red ferroviaria que conectará el centro con el norte del país y que provocará una importante derrama económica desde la construcción. De igual forma hoy en México hay una cierta armonización entre la política fiscal y la monetaria; las tasas bajas de intereses son propicias en este momento para solicitar hipotecas y créditos automotrices.

 

Por otro lado, otras variables en México no son consistentes con una caída en el nivel general de la economía, por ejemplo, el desempleo mantiene tasas muy bajas y el poder adquisitivo de los salarios mantiene los niveles más altos desde 1981 lo que suavizará el impacto de la caída de nuestro principal socio comercial, por lo que esta vez Estados Unidos no nos arrastraría en su contracción. Esa es la importancia de mantener una soberanía en las políticas económicas y haber roto el lastre del neoliberalismo, de no haber sido por eso, en este momento estaríamos sufriendo las consecuencias.

 

El caso de Estados Unidos no es aislado, Europa y principalmente Alemania viven un periodo recesivo que también es el mayor desde la segunda guerra mundial; Francia y Reino Unido podrían no crecer este año, este periodo profundo de baja actividad no ha permitido que se recuperen los niveles pre-pandemia en muchas industrias. Para salir de la crisis la alternativa es la guerra, muchos expertos en geopolítica describen el periodo actual con similitudes al periodo previo a 1939 cuando se armaron las potencias mundiales y protagonizaron escaramuzas menores a manera de simulacros. El capitalismo sólo se reactiva con la guerra y eso explicaría los ensayos en Medio Oriente. Por lo tanto, desear la paz mundial implica luchar por transformar el salvaje capitalismo.

 

*Profesor-Investigador Universidad Autónoma del Estado de Quintana Roo

Miembro del Sistema Nacional de Investigadores e Investigadoras

 

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