Comer caldo durante un resfriado reduciría inflamación y días de malestar

Comer caldo durante un resfriado reduciría inflamación y días de malestar

Foto: FreePik

Un equipo de investigadores de la Universidad del Oeste de Escocia demostró que consumir caldo caliente puede contribuir significativamente a la recuperación de resfriados y gripe. El hallazgo surge tras una revisión sistemática publicada en la revista científica Nutrients, en la que se analizaron más de 10 mil artículos sobre tratamientos para infecciones respiratorias.

 

La investigación, dada a conocer en julio de 2025, identificó cuatro estudios relevantes que incluían a 342 participantes y evaluaban diferentes tipos de sopa, entre ellas el tradicional caldo de pollo, la sopa de cebada y combinaciones de verduras y hierbas. Los resultados mostraron que las personas que consumieron caldo presentaron síntomas menos intensos y acortaron su tiempo de recuperación en hasta 2.5 días frente a quienes no lo hicieron.

 

Además de la mejora clínica, los estudios detectaron una disminución en los niveles de IL-6 y TNF-α, dos marcadores inflamatorios asociados con la respuesta del sistema inmunitario frente a infecciones. Este descenso sugiere que el caldo puede moderar una respuesta inflamatoria excesiva, lo cual favorecería una recuperación más rápida y menos sintomática.

 

Sandra Lucas, investigadora vinculada al estudio, señaló en declaraciones para The Conversation: "es caliente, hidratante y, en general, rico en nutrientes". La especialista también destacó los ingredientes como ajo, cebolla, jengibre y vegetales de hoja verde entre otros poseen propiedades antiinflamatorias, antimicrobianas y de refuerzo inmunológico. El efecto del calor sobre la mucosidad, la garganta irritada y el bienestar general también fue señalado como un posible beneficio. Desde un enfoque cultural, el caldo representa en muchas familias un símbolo de cuidado y recuperación.

 

"Mis investigaciones anteriores han revelado los padres suelen recurrir a remedios tradicionales, como la sopa, como primera línea de defensa, a menudo mucho antes de consultar a un profesional médico", declaró Lucas.

 

Pese a los efectos positivos observados, el estudio reconoce limitaciones. No se hallaron investigaciones que relacionen el consumo de sopa con una reducción en las tasas de hospitalización, ni con mejoras en el sueño, la energía o la reincorporación laboral. En consecuencia, los autores sugieren que se requieren más estudios para evaluar estos factores con mayor precisión.

 

Lucas enfatizó: "el caldo no sustituye a la medicación. Pero junto con el reposo, los líquidos y el paracetamol, podría ofrecer una forma sencilla de aliviar los síntomas y ayudar a las personas a sentirse mejor". Tales resultados respaldan científicamente una práctica común en diversos contextos domésticos, pero subrayan la necesidad de mantener una atención médica adecuada cuando los síntomas lo ameriten. (Notipress)

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