
Los debates acerca del uso de pantallas entre menores es tan reciente como las tecnologías en sí. Varios estudios mantienen candente el debate global, sobre todo, en torno al efecto que puede tener en el desarrollo cerebral y emocional de niños y adolescentes. Mientras algunos especialistas alertan sobre consecuencias negativas, otros sostienen que no existen pruebas científicas concluyentes.
Desde el Reino Unido, el profesor Pete Etchells, psicólogo en la Universidad de Bath Spa, revisó cientos de estudios vinculados a salud mental y tiempo frente a pantallas. En su libro Unlocked: The Real Science of Screen Time, escribió: "Simplemente no existe evidencia científica concreta que respalde las historias sobre las terribles consecuencias del tiempo frente a la pantalla".
Una investigación publicada en 2021 por la Asociación Estadounidense de Psicología, en la que participaron 14 autores de distintas universidades, analizó 33 estudios previos y concluyó que el uso de redes sociales, videojuegos y teléfonos inteligentes tuvo un papel limitado en los problemas de salud mental juvenil.
Otra línea de análisis proviene del profesor Andrew Przybylski, de la Universidad de Oxford, quien estudió 11.500 escaneos cerebrales de menores entre 9 y 12 años. Sus hallazgos no encontraron vínculo entre el uso frecuente de pantallas y el deterioro cognitivo o emocional. Según Etchells, "si se cree que las pantallas sí empeoran el cerebro, se observaría esa señal en un conjunto de datos masivos como ese. Pero no es así… así que la idea de que las pantallas están modificando el cerebro de forma negativa, constante o duradera, simplemente no parece ser cierta".
Sin embargo, posturas opuestas se mantienen vigentes. La profesora Jean Twenge, de la Universidad Estatal de San Diego, señaló que al investigar el aumento de la depresión entre adolescentes estadounidenses, encontró un factor común: el uso de teléfonos inteligentes. En su opinión, "si tomas esa fórmula: más tiempo en línea, generalmente a solas con una pantalla; menos tiempo durmiendo; menos tiempo con amigos en persona. Esa es una fórmula terrible para la salud mental".
Una investigación danesa de 2024 reforzó esa visión en donde 181 menores de 89 familias redujeron su tiempo de pantalla a tres horas semanales durante dos semanas. El informe concluyó que esta medida "afectó positivamente los síntomas psicológicos de niños y adolescentes" y mejoró el "comportamiento prosocial", aunque también afirmó que se necesita más investigación.
El profesor Chris Chambers, de la Universidad de Cardiff, expresó que "sería obvio si hubiera un declive. Sería fácil analizar los últimos, digamos, 15 años de investigación... Si nuestro sistema cognitivo fuera tan frágil a los cambios del entorno, no estaríamos aquí".
Las principales organizaciones médicas mantienen posturas diversas. La Organización Mundial de la Salud recomienda evitar pantallas en menores de un año y limitar su uso a una hora diaria en menores de cuatro años. En contraste, la Academia Americana de Pediatría y el Real Colegio de Pediatría y Salud Infantil del Reino Unido no establecen límites específicos. (Notipress)