
El gobierno brasileño inició consultas formales ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) debido a los aranceles impuestos por Estados Unidos a sus exportaciones. La medida, establecida bajo la administración de Donald Trump, fue asociada directamente con la situación judicial del expresidente brasileño Jair Bolsonaro, actualmente en arresto domiciliario.
De acuerdo con el Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil, "Estados Unidos violó flagrantemente compromisos clave que el país ha acordado en la OMC, como el principio de la nación más favorecida y los techos arancelarios negociados en esa organización". Esta declaración se enmarca dentro de una queja formal presentada ante el organismo internacional con sede en Ginebra, cuya función principal es velar por el cumplimiento de las normas del comercio global.
El principio de la nación más favorecida obliga a los miembros de la OMC a otorgarse mutuamente un trato equitativo en sus intercambios comerciales. En caso de no llegar a una solución durante las consultas, el reglamento de la organización permite a las partes solicitar la conformación de un panel para resolver la controversia.
Desde el gobierno brasileño también expresaron su disposición al diálogo. "El gobierno de Brasil reitera su disponibilidad para la negociación y espera que estas consultas contribuyan a una solución al asunto", indicó el comunicado emitido por el ministerio.
El impacto económico de la medida es significativo. Brasil estima que el 35,9% de sus bienes enviados al mercado estadounidense se vieron afectados, lo que representa cerca del 4% del total de sus exportaciones.
Hasta el momento, el gobierno de Estados Unidos no emitió comentarios oficiales sobre la medida ni sobre el reclamo interpuesto por Brasil ante la OMC. Donald Trump vinculó directamente el arancel con la situación legal de Jair Bolsonaro. A este último, el mes pasado se le impuso el uso de una tobillera electrónica y la obligación de cumplir un toque de queda mientras avanzan los procedimientos judiciales.
El 4 de agosto, el gobierno brasileño confirmó su intención de mantener nuevas conversaciones con la administración estadounidense. El ministro de Hacienda, Fernando Haddad, informó a los medios que tiene agendada una llamada próximamente con el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent.
Por su parte, Luiz Inácio Lula da Silva no se pronunció públicamente sobre los aranceles impuestos. No obstante, el martes 5 de agosto señaló que no tiene intención de comunicarse con Trump en relación con el comercio "porque no quiere" hablar del tema. Según Lula, podría "invitarlo a asistir (a la cumbre climática de noviembre) COP en Belém".
Sobre las empresas afectadas, el ministro mencionó que se está ultimando un plan de apoyo económico. "Es un plan muy detallado para empezar a atender, sobre todo, a los pequeños empresarios quienes no tienen alternativas a la exportación a Estados Unidos", declaró. (NotiPress)