
Un estudio ha detectado una posible relación entre el consumo habitual de alimentos picantes y una menor incidencia de enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares, según una investigación publicada en la revista Chinese Journal of Epidemiology.
De acuerdo con la agencia EFE, la investigación, emprendida en la provincia china de Sichuan, analizó durante 21 años a más de 50,000 habitantes de Pengzhou, una comunidad china conocida por su gastronomía abundante en chiles.
Dicho estudio partió de encuestas iniciadas en 2004 y evaluó la cantidad y frecuencia en el consumo de guindilla, el grado de picante preferido, las formas habituales de consumo y la edad a la que se incorporó el picante de manera regular a la dieta.
Los resultados de la investigación arrojaron que las personas que consumen picante seis o siete veces por semana presentan un 11 % menos de riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares, al contrario de quienes casi lo incluyen en su alimentación.
En cuanto al nivel, quienes prefieren un sabor moderadamente picante tendrían, según el análisis, un 14 % menos de probabilidad de desarrollar esas enfermedades, frente al 9 % de los aficionados al picante intenso y el 7 % de los que optan por sabores suaves.
El estudio coincide con estudios previos en China que destacaban el papel de la capsaicina, compuesto activo del picante, en la dilatación de los vasos sanguíneos y la reducción de la presión arterial.