
En los últimos años, el futbol europeo ha sido testigo de una alarmante "epidemia": malos dueños que han generado la desaparición de clubes con historia, arraigo y comunidades fieles. Equipos como el Bury FC y el Macclesfield Town en Inglaterra, el Chievo Verona en Italia o, más recientemente, el Vitesse de Países Bajos y el Morecambe FC, han dejado de existir o están al borde del colapso. ¿Qué está provocando esta crisis?
La principal causa es la fragilidad financiera que enfrentan muchos clubes de divisiones inferiores. A diferencia de los gigantes del futbol europeo, los clubes pequeños dependen casi exclusivamente de ingresos por taquilla, patrocinios locales y, en algunos casos, el apoyo de voluntarios o fondos municipales. La pandemia de COVID-19 agravó esta situación, interrumpiendo competiciones y eliminando ingresos vitales por meses, lo cual dejó a muchos equipos en números rojos.
Last Saturday, Gigg Lane welcomed @MorecambeFC supporters in a show of solidarity between our clubs amid the ongoing issues at Morecambe.
— Bury Football Club (@buryfcofficial) August 13, 2025
It was a day of football friendship, shared stories, and a reminder that our game is stronger when we stand together.
???? Hear from Shrimps… pic.twitter.com/0xa6vli2No
Otro factor crucial ha sido la mala gestión y la falta de regulaciones efectivas. En el caso del Bury FC, uno de los clubes más antiguos de Inglaterra, su desaparición en 2019 fue resultado de una administración irresponsable, con deudas millonarias y una compra por parte de un empresario sin experiencia ni respaldo financiero. El Chievo Verona, un habitual de la Serie A italiana durante años, fue excluido de las competiciones profesionales en 2021 por irregularidades financieras y deudas acumuladas.
#Hilo de Domingo ????☕
— Pablo Noya (@Pablitonoya) August 22, 2021
Este domingo, 22 de agosto, el A.C Chievo Verona ha dejado de existir ???????? ¿Como llegaron a esta situación límite? ¿Que pasó con los Burros voladores?
Vamos a repasar que los llevó a la quiebra ✍️
Agradecido por tu like ❤️ y RT ???????? pic.twitter.com/FZR9XS2R6X
En países como Países Bajos, clubes como el Vitesse han desaparecido sin apenas resonancia mediática, pero con consecuencias sociales enormes. Estas instituciones suelen ser pilares en sus comunidades, ofreciendo espacios para el deporte base, la inclusión y la identidad local. Su pérdida va más allá del futbol: es una ruptura del tejido social.
RIP Vitesse 1892-2025 pic.twitter.com/o4Woado651
— FootballCulture (@pi_alfa) August 8, 2025
Además, el crecimiento económico del futbol de élite ha creado una brecha casi insalvable entre los clubes ricos y el resto. La redistribución desigual de derechos televisivos y premios ha dejado a los pequeños en una carrera cuesta arriba. La falta de apoyo estructural por parte de las federaciones también contribuye a este desmoronamiento.
Mientras los reflectores siguen en las grandes ligas y los fichajes multimillonarios, el futbol de base y tradicional se desangra lentamente. Si no se implementan reformas que garanticen sostenibilidad y supervisión, más clubes históricos podrían desaparecer, llevándose con ellos historias centenarias y la pasión de generaciones enteras.