
En las calles de Puebla capital y la zona conurbada, el Operativo Alcoholímetro se ha convertido en una pieza clave de la estrategia de seguridad vial, siempre y cuando esté exento de corrupción y no sea solamente una medida recaudatoria. Su objetivo no es sólo sancionar, sino principalmente prevenir la tragedia que representa la combinación de alcohol y volante.
Los operativos de alcoholímetro en la capital poblana y municipios como San Andrés y San Pedro Cholula, Cuautlancingo y Coronango se han reforzado y buscan una homologación en sus protocolos.
La instalación de un punto de control es estratégica y busca la máxima visibilidad para los conductores. En estos retenes, personal capacitado de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) y de la Contraloría Municipal, entre otras dependencias, se encarga de llevar a cabo la prueba de alcoholemia.
El proceso generalmente inicia con una revisión cualitativa, donde el oficial saluda al conductor y, con una simple pregunta: “¿Tomó usted bebidas alcohólicas?”, puede solicitarle pasar a la prueba cuantitativa. Esta prueba se lleva a cabo con un alcoholímetro que mide la concentración de alcohol en el aliento. En el caso de Puebla, la sanción se agrava a partir de los 0.40 mg/L de alcohol en el aliento.
Ser detenido en un operativo de alcoholímetro en Puebla conlleva un castigo que va mucho más allá de las horas de arresto. El costo total para el infractor puede ser muy elevado, superando en muchos casos los 10,000 pesos.
Las sanciones por conducir en estado de ebriedad se basan en la Unidad de Medida y Actualización (UMA). En 2025, la multa por esta infracción puede ir desde 30 a 40 UMA, lo que se traduce en un pago de aproximadamente 3,257.10 a 4,342.80 pesos.
A la multa se le debe sumar el costo del arrastre del vehículo y su estancia en el corralón. Las tarifas por el servicio de grúa en Puebla pueden ir desde 660 hasta más de 1,000 pesos, dependiendo del tipo de vehículo. El resguardo en el corralón se cobra por día y puede variar desde 61 hasta 1,532 pesos, lo que hace que el costo se incremente rápidamente.
Es importante destacar que en algunos municipios de la zona conurbada, como San Pedro Cholula, las multas pueden variar, pero en general el esquema de sanciones es similar, incluyendo la retención del vehículo.
En muchos casos, si el conductor no puede cubrir la multa, esta se conmuta por un arresto administrativo de hasta 36 horas.
Esto deriva muchas veces en otros problemas. Y es que, ante la inminencia de una sanción, muchos conductores buscan desesperadamente trucos para “burlar” al alcoholímetro. Sin embargo, la gran mayoría de estas supuestas estrategias son mitos sin fundamento científico.
Beber café o agua, o comer caramelos. Estas acciones pueden ayudar a disimular el aliento o a sentirse un poco más despierto, pero no alteran la concentración de alcohol en la sangre, que es lo que el alcoholímetro mide.
Hacer ejercicio o ducharse con agua fría. Si bien pueden activarte, estas actividades no aceleran el proceso metabólico de eliminación de alcohol del cuerpo.
Soplar lentamente o de forma entrecortada. Los alcoholímetros modernos requieren un flujo de aire constante y suficiente para llevar a cabo una lectura correcta. Si el conductor no coopera, se considera una negativa a la prueba y se procede a la sanción correspondiente, basándose en la apariencia y comportamiento del conductor.
La única estrategia real para evitar una sanción por conducir alcoholizado es no beber si se va a manejar. El cuerpo humano metaboliza el alcohol a un ritmo constante y el tiempo es el único factor que realmente lo elimina del sistema.
Cifras que duelen
El endurecimiento de los operativos de alcoholímetro no es una medida arbitraria, sino una respuesta a una grave problemática de salud pública. A nivel nacional, los accidentes de tránsito asociados al consumo de alcohol son una de las principales causas de muerte, especialmente en jóvenes de 15 a 29 años.
Se estima que en México 6 de cada 10 accidentes fatales están relacionados con el consumo de alcohol y el exceso de velocidad. De acuerdo con cifras de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, cuatro personas murieron en accidentes relacionados con el consumo de alcohol en la capital poblana durante el primer semestre de 2025.
Además, los operativos de alcoholímetro resultaron en la detención de 385 conductores por manejar en estado de ebriedad y su posterior remisión al Ministerio Público (MP).
Las cifras fueron presentadas en la Comisión de Salubridad y Asistencia Pública del Ayuntamiento de Puebla a principios de julio pasado. Se informó que de 2018 a 2023, 1,038 personas murieron en la capital por causas relacionadas con el consumo de alcohol.
En 2023 murieron 143 personas, y de ellas 96.5 % eran hombres. Aunque no se especifica el motivo exacto de todos los fallecimientos, no se descarta que los accidentes de tránsito por consumo de alcohol sean la principal causa.
El alcoholímetro no es un simple obstáculo o una medida recaudatoria, es una medida necesaria para salvar vidas. Al final del día, el costo de un taxi o de un conductor designado es infinitamente menor que el precio de una multa, o peor aún, el de una vida.