Influencers mexicanos, atrapados en una tormenta de riesgo y muerte

Influencers mexicanos, atrapados en una tormenta de riesgo y muerte

Foto: Freepik

Este 2025 ha sido un año especialmente trágico para los influencers mexicanos, marcado por una escalada de violencia que ha cobrado la vida de varios creadores de contenido.

 

Esta ola de ataques no sólo refleja la inseguridad generalizada en México, sino también cómo las redes sociales han convertido a estos personajes en blancos fáciles, ya sea por supuestos lazos con cárteles, por propaganda digital o por simple exposición pública. 

 

Los casos más recientes de Marian Izaguirre y Esmeralda Ferrer destacan por su crudeza y las circunstancias que rodean sus muertes.

 

Flor Marian Izaguirre Pineda, conocida como Marian Izaguirre, falleció el 12 de septiembre de 2025 a los 23 años en Morelia, luego de pasar cinco días desaparecida y siete más internada en un hospital a donde fue trasladada luego de ser localizada con vida. Con más de 321,000 seguidores en Instagram y 4 millones en TikTok, se popularizó durante la pandemia con contenido humorístico, como su personaje "Súper Agente Izaguirre".

 

El caso de Esmeralda Ferrer Garibay, una tiktoker de 32 años con 18,000 seguidores y más de 513,000 "me gusta", generó un fuerte impacto en la sociedad, ya que fue hallado su cuerpo junto al de su esposo Roberto Carlos Gil Licea y sus hijos Gael Santiago de 13 años y Regina de 7 años, dentro de una camioneta pick-up abandonada en un taller mecánico, en Guadalajara. Los cuerpos estaban envueltos en plásticos con signos de violencia.

 

Estos casos se suman a otros homicidios de creadores de contenido, entre los que destacan:

 

El 10 de enero Justin Paul "El Pinky"J, youtuber de bromas y motos, fue encontrado atado, torturado y baleado en una carretera cerca de un motel. Aparecía en volantes acusándolo de nexos con "Los Chapitos".

 

El 23 de enero, Adal Peña "El Tata", influencer fitness con 172,000 seguidores en TikTok, fue asesinado a balazos mientras hacía ejercicio en una plaza pública.

 

El 26 de marzo, "el Brasileño", creador de contenido sobre motos y mecánica, fue secuestrado el 22 de marzo, su cuerpo fue hallado 5 días después en un baldío con tortura y balazos.

 

El 28 de marzo, Gail Castro "Gail Toys" hermano de Markitos Toys, fue asesinado a tiros en un restaurante a plena luz del día.

 

El 13 de mayo, Valeria Márquez, influencer de belleza, fue ejecutada durante un live en su salón; sicario disfrazado de repartidor la baleó en pecho y cabeza. Dijo en vivo: "A lo mejor me iban a matar".

 

El 16 de agosto, Camilo Ochoa Delgado "El Alucín", influencer que hablaba de su pasado narco, fue baleado en su casa por un sujeto que posteriormente huyó en un automóvil.

 

Esta violencia no es aislada porque combina factores estructurales, con dinámicas modernas. Los influencers, ya sea por nexos reales o percibidos con el crimen, por su género o por su mera visibilidad, están atrapados en una tormenta perfecta de riesgos

 

La falta de políticas efectivas para proteger a figuras públicas y la incapacidad de frenar la violencia agravan el panorama. Hasta que no se aborde la impunidad y la influencia del crimen en lo digital, estos casos seguirán sumándose.

 

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