
La resistencia a los antibióticos podría generar una crisis de salud importante en un par de décadas, de acuerdo con las estimaciones de un investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El coordinador del Programa Universitario de Investigación sobre Riesgos Epidemiológicos y Emergentes de la UNAM, Samuel Ponce, afirmó durante la Cátedra Extraordinaria de Bioética que la automedicación está generando una resistencia a los antibióticos, que podría complicar la atención de heridas no graves.
Según las estimaciones del experto mexicano, si la tendencia continúa, a partir de 2050, alrededor de 10 millones de personas podrían morir a consecuencia de infecciones resistentes a esta clase de medicamentos.
Ponce recordó que estos productos son recursos no renovables y que, sin ellos, se podrían complicar cirugías, trasplantes y heridas simples. El académico advirtió que procedimientos quirúrgicos comunes como los dentales, o hasta heridas hechas con navaja, podrían poner en riesgo la vida de las personas.
Durante su ponencia, recordó que antes del uso de antibióticos, la mortalidad por neumonía era del 35%; actualmente la tasa es del 10%. En el caso de las infecciones cardíacas, la tasa de mortalidad era del 100%; en el presente, es del 25%.
En este contexto, el especialista hizo un llamado para restringir el uso de antibióticos, pero también para hacer una autorreflexión entre las personas que los prescriben.
Para ello, dijo, se necesita la participación de todas las partes involucradas, desde la industria farmacéutica, la academia, autoridades regulatorias, sector público, Gobierno y sociedad.
"Considerando que los antibióticos son un bien público y un recurso no renovable, su uso debería restringirse y ser muy bien reflexionado por quienes lo están prescribiendo. La distribución de la riqueza determina el acceso a los antibióticos, pero la resistencia se distribuye globalmente, no solo donde se están utilizando directamente", declaró Samuel Ponce, de acuerdo con lo informado por el diario mexicano La Jornada.
La preocupación que genera la resistencia a los antibióticos también es compartida por autoridades globales como la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En noviembre de 2024, el director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, advirtió que este tema ya está generando consecuencias, ya que "están muriendo 1,3 millones de personas cada año".
En este sentido, Adhanom Ghebreyesus comentó que, en este contexto, "la tarea ahora es traducirla en acciones concretas" y debe tomarse como un problema "tan urgente como la acción por clima".