Pasajeros, peatones o conductores: la inseguridad persigue a los poblanos en cada trayecto

Pasajeros, peatones o conductores: la inseguridad persigue a los poblanos en cada trayecto

Foto: Enfoque, FreePik

La rutina diaria de los habitantes de Puebla capital se encuentra marcada por una constante preocupación: la inseguridad. Cada traslado por la ciudad, ya sea a pie, en transporte público o en vehículo particular, se percibe como una exposición al riesgo.

 

Las cifras oficiales y la percepción ciudadana coinciden en señalar que, en este entorno urbano, el simple hecho de moverse implica un riesgo latente, siendo el transporte público el espacio que genera la mayor sensación de vulnerabilidad.

 

Las estadísticas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), a través de encuestas como la ENVIPE, son contundentes respecto a la percepción de peligro.

 

El transporte público es el lugar donde la población se siente más insegura. La percepción de inseguridad en las unidades de transporte público colectivo alcanzó un alarmante 85.5 % en la más reciente encuesta del INEGI, lo que lo posiciona consistentemente como uno de los espacios más peligrosos.

 

Aunque el transporte público lidera la percepción de riesgo, los otros modos de movilidad no están exentos de peligro.

 

Los peatones, por ejemplo, corren riesgo de asalto en la vía pública. El 59 % de la población evita caminar de noche en los alrededores de su vivienda por temor al delito. El 35.3 % dejó de salir a caminar por miedo a ser víctima, según datos de la ENVIPE.

 

Sobre los asaltos que se cometen con el agraviado conduciendo su vehículo, no hay cifras específicas, pero las autoridades señalan que es de los delitos que menos se cometen.

 

La alta tasa de prevalencia delictiva en la capital poblana incluye el robo, asalto en calle o transporte público como uno de los delitos con mayor incidencia por cada 100,000 habitantes, lo que subraya el riesgo generalizado al transitar.

 

En el primer trimestre de 2025, cerca de 3 de cada 4 habitantes de la capital poblana se sentían inseguros. La inseguridad ha modificado drásticamente los hábitos, con un gran porcentaje de la población que evita salir de noche, limita visitas a familiares o, incluso, deja de usar el transporte público o de caminar.

 

Si bien no existen estadísticas oficiales de delitos por hora para el transporte público o al caminar, los patrones de riesgo se asocian a la falta de iluminación y la menor presencia policial.

 

Las autoridades recomiendan evitar los horarios nocturnos y de madrugada para viajes por carretera, lo que puede extrapolarse a la movilidad urbana. Las franjas de 19:00 a 00:00 horas y 00:00 a 7:00 horas suelen concentrar el mayor peligro, debido a la oscuridad y la baja visibilidad, lo que facilita los actos delictivos y los accidentes.

 

Las cifras al respecto, por parte del Secretariado Ejecutivo del Sistema de Seguridad Pública, en su apartado de incidencia delictiva del fuero común, el robo a transeúnte en vía pública, de enero a agosto de 2025, cuenta con 2,550 denuncias, de las cuales 2,059 casos fueron con violencia.

 

El robo en transporte público cuenta con 1,157 casos en el mismo periodo, de los cuales, 382 fueron con violencia. Sin embargo, en este caso cabe mencionar la llamada “cifra negra”, pues varios de los afectados optan por no presentar la denuncia correspondiente.

 

Por el contrario, los traslados programados en horarios diurnos y preferentemente durante la mañana son considerados menos riesgosos. En el caso específico del transporte público, rutas como Azteca, Ruta 10 y Rutas 27 y 27 A han sido señaladas por los ciudadanos como recurrentes en asaltos.

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