¿Cuál es el papel de la Policía Auxiliar en la seguridad poblana?

¿Cuál es el papel de la Policía Auxiliar en la seguridad poblana?

Foto: Enfoque

La Corporación Auxiliar de Policía de Protección Ciudadana del estado de Puebla o, como comúnmente la conocemos a secas, Policía Auxiliar, es un organismo público descentralizado con un rol clave, aunque distinto, en el ecosistema de la seguridad.

 

A diferencia de las policías Estatal y Municipal, su enfoque principal es la prestación de servicios especializados de protección y vigilancia, actuando más como una policía patrimonial y de custodia para personas físicas y morales (empresas, instituciones y cada vez más, entes públicos).

 

Es decir, la Policía Auxiliar es contratada para dar el servicio similar al de una empresa de seguridad privada, no solo para establecimientos como bancos y otro tipo de negocios, sino incluso como escoltas.

 

La misión central de la Policía Auxiliar es proporcionar servicios de protección y vigilancia a fin de prevenir y combatir actos que afecten a las personas y sus bienes. Sus servicios son, en esencia, de carácter contractual y se centran en la seguridad privada y patrimonial.

 

Sus principales atribuciones y servicios incluyen:

 

La vigilancia "intramuros". En este caso, llevan a cabo labores de guardia policial (armado o básico) al interior de inmuebles, industrias, comercios y otras propiedades privadas o públicas que están debidamente delimitadas, constituyendo el corazón de sus servicios.

 

La custodia de valores, brindan vigilancia "en ruta", acompañando el traslado de bienes o activos, ya sea en vehículos particulares o en patrullas de la corporación.

 

Las estructuras de mando interno incluyen figuras como Encargados de Servicios y Comandantes para supervisar a grupos de guardias policiales asignados a un servicio.

 

Recientemente, ha habido iniciativas para ampliar sus facultades, obligándola a auxiliar a los cuerpos de seguridad pública en situaciones de urgencia o desastre y permitiendo que todas las instancias de gobierno puedan contratar sus servicios, y no solo empresas e instituciones privadas.

 

Entonces surge la pregunta, al ser hasta cierto punto diferente su función, ¿es distinta su capacitación?

 

La respuesta a este planteamiento es sí, la capacitación de la Policía Auxiliar difiere en su enfoque respecto a la Estatal y Municipal, aunque todas las corporaciones policiales en México están sujetas a la rigurosa evaluación de Control y Confianza.

 

Mientras que la Policía Municipal enfoca su formación en la prevención de delitos y faltas administrativas dentro de su jurisdicción local (proximidad social y primer respondiente) y la Policía Estatal se centra en la seguridad pública a nivel estatal y operaciones de reacción, la Auxiliar pone el énfasis en la seguridad patrimonial y de servicios.

 

Sus cursos se orientan a materias como derechos humanos, ética policial y técnicas de la función policial especializadas en la vigilancia intramuros, incluyendo el manejo de equipo (como el bastón PR-24 y equipo antimotines).

 

Su ámbito de actuación primario es el de la seguridad por contrato, a diferencia de la función general de prevención en la vía pública que recae en las otras corporaciones.

 

En recientes días, el gobernador Alejandro Armenta lanzó una iniciativa al Congreso para que elementos de la Policía Auxiliar cumplan con nuevos requisitos y sean dirigidos por mandos militares y marinos.

 

La designación de un mando militar o marino al frente de una corporación policial es una estrategia adoptada por varios gobiernos para enfrentar los retos de seguridad, y su beneficio principal se centra en la transferencia de disciplina y rigor.

 

Se espera que un mando castrense, con una formación más rígida y jerárquica, inyecte mayor disciplina y estricto apego a los protocolos operativos, lo que resulta especialmente útil para la organización y eficiencia interna de una corporación grande.

 

La disciplina militar se considera un contrapeso más fuerte a las prácticas de corrupción y la posible infiltración del crimen organizado, buscando una mayor integridad en los elementos.

 

Los mandos militares y navales aportan amplia experiencia en planeación estratégica, uso de inteligencia y coordinación de operaciones complejas, lo que puede mejorar la capacidad de respuesta y la gestión de riesgos en los servicios de custodia y vigilancia.

 

No obstante, esta práctica también genera debate, ya que la policía civil, a diferencia de la militar, debe tener un perfil robusto de proximidad social y pleno respeto a los derechos humanos.

Notas Relacionadas