Durante la conferencia matutina del lunes 17 de noviembre, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, habló acerca de la marcha del sábado 15, convocada como "Marcha de la Generación Z". Como en otras oportunidades, la mandataria sostuvo que se trató de una movilización impulsada por intereses opositores. De acuerdo con la mandataria, la protesta, que congregó a miles de personas en la Ciudad de México, no fue una expresión orgánica de jóvenes, sino una operación financiada y promovida desde el extranjero y por actores nacionales con fines desestabilizadores.
La movilización inició a las 11:00 horas desde el Ángel de la Independencia hasta el Zócalo capitalino, en protesta por los niveles de inseguridad en el país. Desde el 12 de noviembre, el Palacio Nacional fue resguardado con vallas metálicas y se realizaron cierres viales en el centro histórico. Según autoridades locales, estas medidas se implementaron ante el antecedente de confrontaciones recientes en otras entidades, como Michoacán, donde miles de personas salieron a las calles luego del asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo.
En su intervención, Sheinbaum aseguró que "la gran mayoría de los que marcharon el sábado no eran jóvenes de la Generación Z. Sí había algunos jóvenes, pero la mayoría no eran jóvenes". Asimismo, señaló que "vimos caras muy conocidas de los que marcharon con la Marea Rosa", el movimiento que se oponía al gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
La presidenta destacó la participación de un grupo que describió como "muy violento", presuntamente preparado con herramientas como marros, esmeriles y ganzúas para derribar la valla de seguridad instalada en el Zócalo. "Este grupo muy violento que llega con material para romper la valla, después de una hora […] se lanza contra la policía de una forma muy violenta", explicó. De acuerdo con Sheinbaum, la policía capitalina resistió durante dos horas sin emplear armas ofensivas, únicamente con escudos.
A raíz de los enfrentamientos, la mandataria federal instruyó a la Fiscalía capitalina a investigar a los responsables de los hechos y determinar si hubo financiamiento externo. "Pedí a la fiscal de la Ciudad de México que se investigue quiénes son estos grupos, por qué esta violencia, están pagados", afirmó.
Sobre la narrativa difundida en redes sociales tras la marcha, Sheinbaum denunció una estrategia coordinada para posicionar la imagen de una supuesta represión estatal contra jóvenes. "México no reprime a los jóvenes, al revés, les damos becas, les damos escuelas, trabajo, abrazamos a los jóvenes y los escuchamos", sostuvo, añadiendo que esta campaña fue impulsada por cuentas extranjeras provenientes de países como España, Estados Unidos y otros en América Latina.
Aclaró que el gobierno no caerá "en la provocación", y reiteró que su movimiento tiene como referentes a líderes pacifistas. "Nosotros venimos de un movimiento social […] y nunca usamos la violencia. Cuando marchamos contra el fraude electoral, siempre fueron marchas pacíficas", señaló.
La presidenta reiteró que "la transformación no la detiene nadie" y reafirmó que "la mayoría de los jóvenes están con la transformación". En este sentido, se refirió a la supuesta red internacional que impulsó esta marcha: "A los que están en el extranjero, desde la derecha internacional, influir en México, pues también les decimos, que hace muchos años que México es un país libre, independiente y soberano".
En definitiva, Sheinbaum minimizó la protesta y la redujo a una manifestación provocada presuntamente por la oposición y organizaciones internacionales de derecha. Sin embargo, más allá de condenar la violencia, no abordó los puntos que planteó la organización antes de marchar al Zócalo. "El objetivo de la marcha era decir que el Gobierno de la 4T es un Gobierno represor contra los jóvenes", afirmó.