Cada vez más somos más quienes nos preguntamos “¿y dónde está el piloto”, rememorando el título que en español pusieron a aquella comedia fílmica de 1980, originalmente llamada Airplane.
Hay quienes responden que se ubica en Palenque, y que en Palacio Nacional actualmente reside su copiloto, a quien da manotazos cuando ella quiere tomar los controles del pesado, lento y averiado aparato burocrático de la Administración. Pero de los dos no se hace ni uno.
Pero hay quienes dicen que no’más no se conoce que haya quien esté al mando. Que el equipo va a la deriva y, lo peor, dando bruscos brincos en las muchísimas “bolsas de aire” que lo sacuden en su errática trayectoria: crímenes como el de Carlos Manzo, manifestaciones y represión como a los jóvenes de la Generación Z, bloqueos carreteros de autotransportistas y productores del campo…
… sólo para mencionar los más recientes sobresaltos que se suman a la corrupción de los López tabasqueños –Adán y los llamados “trivagos”--, las presiones provenientes de la Casa Blanca, el huachicol fiscal, el concurso Miss Universe… ¡las turbulencias son interminables!
Por eso también hay quien ya propone traer un piloto del extranjero que se encargue de enderezar el rumbo de la nave antes de que, de plano, caiga en picada.
Y arguyen que si la aerolínea Volaris ya fue autorizada por el gobiernito para que sus aviones sean tripulados por pilotos del exterior –provocando el justo reclamo de los integrantes de la mexicanísima Asociación Sindical de Pilotos de Aviación--, ¿por qué no repetir el ensayo con un experto que pilotee al país, tranquilice a los inquietos y hasta asustados pasajeros, y consiga un suave aterrizaje?
Otro Maximiliano de Habsburgo, pues.
Solo que ahora no hay un Benito Juárez que pudiera mandarlo al patíbulo.
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Conmueve la sinceridad del titular de la SHCP Edgar Amador, quien ayer dijo que “aún existe desconfianza en el sistema financiero, incluso entre la población que ya cuenta con alguno de esos productos".
¿Por qué será?
No nos vaya a salir con el cuento cuatrotero del Fobaproa… aunque algo tiene que ver aquel feo episodio por el que los contribuyentes seguimos y seguiremos pagando grandes cantidades fiscales durante muchos años más. ¡Ya es hora de superar el trauma!
Porque la desconfianza no nace, se hace. Y las instituciones financieras, bancos, casas de bolsa, financieras y hasta las novedosas fintech no han dado muestras de ganarse a su clientela.
Hay fraudes frecuentemente denunciados en las páginas de columnas y diarios especializados en el tema… accionistas que, como piratas, huyen cargados con el botín… altos cobros de intereses y de servicios tales como la simple consulta de un saldo o un retiro de efectivo en los cajeros automáticos… aquí también la lista es larga.
Pero sobresalen las, digamos, “insinuaciones” que desde Estados Unidos se han hecho sobre las “lavanderías” en las que algunas de estas empresas se han convertido y por las que tres de ellas o ya cambiaron de accionistas, o ya traspasaron sus activos o hasta prácticamente desaparecieron.
Confesar que hay desconfianza, provoca más de la misma hacia las autoridades hacendarias, dependientes de Amador, que no supervisan su funcionamiento, ¿no cree usted?
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El ahora senador del montón Gerardo Fernández Noroña siempre busca cómo atraer los reflectores del espectáculo en el que se ha convertido eso que los optimistas, o los desinformados, aún llaman política.
Sus reiterados ataques a la alcaldesa Grecia Quiroz justo en las vísperas y en el Día Internacional en Contra de la Violencia a las Mujeres fueron perfectamente calculados. La onomástica se prestaba.
Obviamente, sus diatribas no pasaron desaparecidas y fueron amplificadas por las redes sociales y por los medios de comunicación, lo mismo que las respuestas que mereció de parte de personajes muchos más cuerdos.
Fernández Noroña, quien dice ser parte de una “nueva” política, en realidad es como aquellos viejos políticos cuya divisa era “que hablen mal de mí, pero que hablen”.
Y lo consiguió. Obtuvo que el reflector se detuviera durante horas sobre su esperpéntica figura.
¡Vaya un aplauso, eso sí, a los colegas periodistas que cubren las actividades y a los personajes públicos del Senado de la República, quienes le hicieron el vacío en la conferencia a la que los citó!
Hay situaciones y personas más dignas sobre las cuales informar y comentar.
@AndySKBrown1
* Pseudónimo bajo el que se redactan informaciones aportadas por los colaboradores y lectores del portal Índice Político.