En la reciente entrega de apoyos del Gobierno Estatal, a través del programa Banca de la Mujer, es relevante destacar los tipos de negocios que lideran las mujeres poblanas.
Estos emprendimientos suelen ser microempresas y se concentran en sectores de bajo umbral de entrada, pero con alto impacto social y económico, como el comercio minorista y servicios locales. Según datos del INEGI, las mujeres representan el 46.7 % de la participación en actividades económicas en Puebla, con un crecimiento del 3.5 % en los últimos cinco años, superando la brecha en áreas como comercio y servicios privados no financieros.
Dentro de los emprendimientos más comunes, de acuerdo a datos de programas estatales, censos económicos y reportes de emprendimiento femenino, se encuentra:
Comercio minorista y tienditas: es el más predominante e incluye venta de productos cotidianos como abarrotes, ropa, accesorios o artesanías en mercados locales o vía ambulante. En Puebla, representa cerca del 48.5 % de las actividades femeninas, impulsado por la proximidad a zonas indígenas como Cuetzalan o la Sierra Norte.
Alimentación y gastronomía: muchas mujeres emprenden negocios de comida casera, antojitos poblanos, repostería o catering. Es el segundo sector con mayor participación femenina, con alrededor del 45 % en servicios alimenticios.
Los servicios personales y de belleza es otro negocio de emprendimiento por mujeres: salones de belleza, peluquerías, manicura o cuidado infantil. Las mujeres lideran el 50.5 % de los servicios privados no financieros en Puebla.
Las artesanías y productos culturales indígenas es otra opción; la elaboración de textiles, bordados o joyería en zonas como la Sierra Norte, son el sustento de varias madres de familia.
El cultivo y venta de flores, así como de pequeñas hortalizas, se ha convertido en una actividad en crecimiento dentro de los proyectos rurales. En municipios como Zacatlán, este sector representa un nicho con alto potencial económico, impulsado por la demanda local y turística. Las florerías y los pequeños cultivos permiten a las mujeres generar ingresos constantes y fortalecer la economía familiar.
¿El que sean los más usuales los hace rentables?
No necesariamente, aunque los emprendimientos más comunes entre mujeres poblanas representan la mayoría de las iniciativas, su alta frecuencia se debe más a barreras de entrada bajas, flexibilidad horaria y compatibilidad con responsabilidades familiares que a márgenes de ganancia elevado.
Estos sectores generan ingresos rápidos y estables para combatir la pobreza, pero a menudo operan en la informalidad, lo que limita su escalabilidad y rentabilidad a largo plazo.
¿En qué negocios se gana más dinero y de qué depende?
En Puebla, los negocios más rentables para mujeres emprendedoras son aquellos que combinan tradición local con innovación, destacando el comercio electrónico, la gastronomía creativa, los textiles y cosméticos naturales, así como los servicios profesionales y de belleza. El e-commerce ofrece los márgenes más altos gracias a ventas sin local y exportaciones apoyadas por programas, mientras que la gastronomía y productos agroalimentarios generan ganancias del 35 al 40 % impulsadas por el turismo y el crecimiento del sector.
Los textiles, artesanías y cosméticos naturales mantienen márgenes del 25 al 40 % por su fuerte demanda turística y acceso a créditos regionales. Finalmente, los servicios profesionales y de belleza ofrecen rentabilidad del 20 al 35 % debido a sus bajos costos operativos y amplia participación femenina.
La rentabilidad de las microempresas dirigidas por mujeres en Puebla depende principalmente del acceso al financiamiento, la formalización, la innovación y el entorno económico. El crédito es el factor con mayor impacto, pues limita el crecimiento y, cuando se obtiene en buenas condiciones, incrementa los retornos; mientras que un nivel alto de deuda reduce la utilidad.
La formalización y el tamaño del negocio también elevan las ganancias al permitir más ventas y acceso a programas de apoyo. La innovación y la digitalización impulsan los márgenes al facilitar ventas en línea y mejorar procesos.
Además, la rentabilidad está influida por la gestión personal y por factores externos como la demanda turística, los costos de operación y las políticas estatales que pueden reducir brechas y mejorar la competitividad.