El año 2025 marcó un antes y un después en la historia del futbol internacional. Más allá de resultados o campeones, el deporte vivió transformaciones estructurales que modificaron su organización, sus reglas y su alcance global. Tres decisiones clave redefinieron el presente y el futuro del juego: el nuevo Mundial de Clubes, el Mundial de selecciones con 48 equipos y las reformas a las Reglas de Juego impulsadas por la IFAB.
La primera gran razón fue el nuevo formato del Mundial de Clubes, que dejó atrás su versión reducida para convertirse en un torneo de 32 equipos de las seis confederaciones. Por primera vez, los clubes del mundo compitieron en una auténtica Copa del Mundo, con una fase extensa y una exigencia comparable a la de las grandes competiciones de selecciones. Esta expansión cambió la jerarquía del futbol de clubes y dio mayor visibilidad a equipos fuera de Europa.
Además, se estableció que el Mundial de Clubes se dispute cada cuatro años, algo inédito en la historia del balompié. La decisión elevó el valor deportivo y comercial del torneo, alejándolo de la saturación anual. La primera edición bajo este formato se celebró en Estados Unidos durante junio y julio, consolidándolo como un evento global de máxima relevancia y no solo como un torneo complementario.
La segunda razón fue el sorteo del primer Mundial de 48 selecciones, una confirmación histórica que transformó definitivamente el futbol de selecciones. Nunca antes una Copa del Mundo había contado con tantos participantes, lo que amplió la representación de países y regiones. Este cambio obligó a replantear eliminatorias, calendarios y estructuras competitivas, y abrió la puerta a que más naciones vivan por primera vez la experiencia mundialista.
El tercer punto clave fueron las reformas a las Reglas de Juego aprobadas por la IFAB para la temporada 2025/26. Se introdujo la regla de los 8 segundos para los porteros, quienes ahora deben soltar el balón en ese lapso o conceder un saque de esquina, con una cuenta regresiva visible del árbitro. También se implementó la norma de “solo el capitán”, limitando el diálogo con el árbitro y sancionando con tarjeta amarilla a quienes la incumplan. A esto se sumaron los anuncios públicos del VAR, permitiendo a los árbitros explicar sus decisiones por altavoz tras una revisión.
En conjunto, estas transformaciones cambiaron la forma de jugar, competir y entender el futbol. El 2025 quedará registrado como el año en que el deporte se volvió más global, más regulado y más transparente, sentando las bases de una nueva era en la que el futbol ya no volvió a ser el mismo.