Por qué Biestro puede ganar la alcaldía

Por qué Biestro puede ganar la alcaldía

Hay tres elementos que a mi consideración -14 años cubriendo periodísticamente campañas y cinco en asesoría de estrategia- son los elementos que posibilitan que el diputado Gabriel Biestro pueda convertirse en presidente municipal.

 

El primero de ellos es el factor Andrés Manuel López Obrador EN TIERRA. Si bien la popularidad del mandatario ha decaído a nivel nacional, esto se debe a la pérdida de simpatizantes volátiles.  Pero en la capital del estado hay un alto, muy alto porcentaje de votantes duros que son seguidores de Andrés Manuel López Obrador.

 

Pero para aprovechar a este sector, el diputado tiene que primero encontrarlos y después solicitarles el voto como el representante de la Cuarta Transformación en Puebla. Lo segundo es sencillo para él. Lo primero dependerá de que sus operadores construyan listados confiables de detecciones pro AMLO. Si los encuentran y Gabriel los visita, podrá confirmarse un porcentaje importante de votantes duros.

 

El segundo factor es la ventaja de ser gobierno. La elección intermedia no es otra cosa que la confirmación de permanencia de un sistema de gobierno o el reclamo al mismo y la salida de este. Hay mucha inconformidad con la autoridad municipal, pero tanto esta como los gobiernos estatal y federal están haciendo un reparto de beneficios. Después de todo, para ello López Obrador creó los diversos programas federales que se han convertido en programas electorales: las becas para jóvenes, los recursos para adultos mayores y los apoyos a microempresarios.

 

Nuevamente, si el diputado quiere ser presidente municipal deberá buscar esos padrones y a ellos solicitarles el voto con la intención de hacer un intercambio: “¿quieres que se mantengan estos beneficios?, entonces mantén a Morena en el poder”. Y esta estrategia beneficiará a los candidatos a diputados locales y federales del partido marrón.

 

Pero además, están los programas del Gobierno del Estado y los beneficios de ser “el Delfín” del mandatario. Ojo, muchas veces esta posición es satanizada (satanizada, no sanitizada esto tiene que ver con COVID), pero es un error. En términos teóricos, el poder se ejerce y no hay mayor poder en Puebla que el del apoyo estatal. Bien aprovechado es una gran ventaja contra el candidato panista del próximo año.

 

Y el tercer factor es la debilidad del enemigo. La política es la continuación de la guerra llevada sin armas (armas de fuego, al menos), así que ver al rival político como enemigo de guerra no solo es normal, es lo recomendable. Y en estos momentos el enemigo está debilitado.

 

La dirigente del PAN, Genoveva Huerta, está enemistada a muerte con Eduardo Rivera –virtual candidato- y con el grupo político que impulsa al exalcalde. El hecho de que no haya un Comité Directivo Estatal con el candidato habla de una división evidente. Aunque sabemos en Imagen Poblana que en agosto las cosas pueden cambiar, hasta ahora es una debilidad dicha división.

 

Pero esta no es la única diferencia. También entre los simpatizantes de Tony Gali y del finado Rafael Moreno Valle hay perfiles que no aceptan a Rivera. Y, por si fuera poco, la única herramienta del PAN a la cual pueden recurrir por ahora, sin recursos y programas, es a la estrategia de aire (comunicación), y esta no es muy buena. En entregas pasadas, he descrito que no hay un discurso homologado contra Morena.

 

Así, con estos tres factores sumados, el presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política puede convertirse en alcalde…

 

Por supuesto que dicho logro depende de que los escenarios y condiciones no cambien, pero como dijera un operador político del pasado: “en política un minuto es mucho tiempo”.