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Los panistas se han declarado inocentes de los señalamientos que hizo Emilio L., exdirector de Pemex. La mañana de este jueves, el excandidato presidencial del PAN, Ricardo Anaya Cortés, denunció por daño moral al exfuncionario federal. Los gobernadores de Querétaro y Tamaulipas también se han inconformado.
Sin embargo, la defensa de Acción Nacional se tambalea ante la presentación de nuevas evidencias. El presidente Andrés Manuel López Obrador validó la declaración de Emilio L. esta mañana en conferencia de prensa. La crítica al mandatario es que de no seguir el debido proceso, se podrán amparar los personajes señalados.
Pero en la ruta de López Obrador la investigación está sustentada sobre la riqueza patrimonial de los funcionarios citados y, en ese caso, la comprobación de un enriquecimiento indebido sería prueba concluyente.
En el PAN, los actores locales y nacionales celebraron la defensa que tanto Anaya como el gobernador de Querétaro, Francisco Domínguez, hicieron de su presunta inocencia. Incluso festejaron, los panistas, el regreso del excandidato presidencial a la esfera pública.
Mas tan pronto salió en redes sociales el video de Anaya Cortés, diversas cuentas vinculadas con las redes sociales de defensa del presidente advierten la publicación de documentos y videos que inculparían a Anaya en la trama de Lozoya.
El queretano asegura que no cometió ningún acto de corrupción en la aprobación de la reforma energética, pues incluso entonces él ya no era dictado federal, sino secretario del Partido Acción Nacional y se estaba preparando para asumir la presidencia de este instituto político.
Si bien el respaldo del PAN y de la oposición lo mantienen por el momento los albiazules, la aparición de nuevas pruebas les dejaría en evidencia y perjudicaría su narrativa de inocencia.
No obstante, luce poco probable que resulten impolutos ante la profundización de las investigaciones, pues en su declaración Lozoya Austin ha señalado de manera constante, en su declaración, a personajes que pueden ser citados a declarar y que vieron las relaciones de los panistas, como la del gobernador de Querétaro, quien incluso tiró una bandera para reclamar que el soborno recibido fue menor.
El Gobierno Federal enfrenta o la gran oportunidad para recuperar parte del terreno perdido en sus casi dos años de gobierno (10 puntos de popularidad al menos según diversas encuestas), o su declive acelerado. Todo depende de que tengan Emilio L. y la Fiscalía General de la República las pruebas para confirmar las declaraciones. Hasta ahora, solo son los dichos de un criminal confeso.
