El día que JJ se arrodilló

El día que JJ se arrodilló

De rodillas le suplicaba a Rafael Moreno Valle que no procediera contra él. Un José Juan Espinosa abyecto y derrotado le imploraba al entonces gobernador poblano que no procediera contra él y este le perdonó.

 

Testigos de la penosa escena aún siguen sentados en las elegantes sillas de la rica madera que es el poder público.

 

El cholulteca se había arrodillado ante Moreno Valle debido a que la Fiscalía avanzó, en aquel entonces, en las investigaciones de corrupción que le perseguían.

 

Moreno Valle lo perdonó, pero el antecedente de investigación quedó ahí, guardado en las oficinas de la 31 oriente y Bulevar 5 de Mayo.

 

Años pasaron y parte de ese expediente que le causó terror a José Juan forma parte de la nueva investigación.

 

El historial de traiciones del diputado del Partido del Trabajo -antes legislador por Movimiento Ciudadano- es largo.

 

En 2018, cuando Martha Erika Alonso se convirtió en gobernadora, José Juan Espinosa le mandó un mensaje al senador Rafael Moreno Valle.

 

“Démosle vuelta a la página. Podemos trabajar juntos”, decía el texto que Espinosa Torres envió vía Whats App a Moreno Valle y que no dudaba en enseñar en cuanta conversación estuviera, como para dejar antecedente de que “las traía” con Rafael.

 

Más aún, a través de personeros ofreció mantenerse infiltrado en el equipo del hoy gobernador Miguel Barbosa para entregar al matrimonio Moreno Valle- Alonso todo cuanto obtuviera desde el frente de izquierdas.

 

Pero vino el 24 de diciembre y todo se acabó para él.

 

Su traición, sin embargo, ya había trascendido.

 

Con el avance de las investigaciones a sus actos de corrupción, el diputado trató de aplicar la misma “estrategia” que a Rafael Moreno Valle.

 

Atacar, pedir perdón y obtener impunidad.

 

Pero con el gobernador Barbosa las cosas no ocurren así.

 

Que sigan los cauces legales, dice y defiende el mandatario. No es una venganza política, es un asunto jurídico.

 

Por semanas le criticó, le atacó, incluso hubo un tuit en el que el diputado se expresó: “mientras yo viva no tendrás paz”, claro que lo borró segundos después.

 

Cuando supo que la investigación del terror estaba ampliándose, José Juan buscó por todos lados al gobernador.

 

Desde algunos contactos en la Federación hasta por un chofer del mandatario.

 

Claro que nadie le hizo caso.

 

Trató de mandar mensajes, ofreció que ya no atacaría más. “Díganle que ya no voy a molestar”.

 

Pero su estrategia no procedió.

 

Esta ocasión no tuvo la oportunidad de arrodillarse para pedir perdón.

 

Y en lugar de usar sus piernas para genuflexiones, las ha usado para correr lejos, muy lejos, donde el pasado no le alcance.

 

El pasado de la investigación del terror.