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El “legítimo” derecho se ha convertido en uno de los argumentos favoritos de los políticos en los últimos años.
Muchas veces, este argumento de usa para justificar su búsqueda por algún cargo público, pese a que sepan que no lo merecen… como la líder del PAN en Puebla, Genoveva Huerta Villegas.
Esta semana, luego de dinamitar la alianza con el PRI y el PRD y además bloquear la candidatura de Eduardo Rivera a la alcaldía, la dirigente panista anunció que buscaría una diputación plurinominal.
Y lo hizo lanzando el argumento de que es su “legítimo” derecho.
Pues sí, si hasta el perseguido por la justicia José Juan Espinosa Torres tiene el “legítimo” derecho de buscar una candidatura, por qué no lo haría Genoveva Huerta, que solo ha buscado hundir al PAN por orden de Fernando Manzanilla.
Podemos darle muchas lecturas al anuncio de Huerta Villegas, comenzando por el hecho de que no dejará pasar oportunidad alguna para mantenerse dentro del mapa electoral.
Ojo, es también claro que Genoveva Huerta no tiene ni tendrá el capital político para afrontar una elección como candidata, pues la sociedad ya le dijo fuerte que “no” en 2018.
A este columnista le salta el argumento del “legítimo” derecho de Genoveva, pues la líder panista no ha respetado el también legítimo derecho de muchos militantes panistas.
No respetó el legítimo derecho de Jesús Zaldívar de ocupar la presidencia del PAN Municipal, beneficiando directamente a Eduardo Alcántara, algo que afortunadamente para los panistas no logró.
Tampoco respetó el legítimo derecho de mujeres panistas, que terminaron levantando la voz contra los atropellos de la dirigente del blanquiazul.
Mucho menos ha respetado el legítimo derecho de los panistas de San Andrés Cholula de elegir a su candidato a la alcaldía de este municipio.
Por supuesto, no ha respetado el legítimo derecho de Eduardo Rivera Pérez de ser candidato a la alcaldía de Puebla, pese a que es el único que puede recuperar la presidencia municipal para el PAN.
Entonces, el argumento del “legítimo” derecho de Genoveva Huerta queda en entredicho, tomando mayor importancia un tema de calidad moral y sobre todo autocrítica, algo que no fue consultado por la dirigente del PAN, que se frota las manos por ocupar una curul en el Congreso de la Unión.
