¿Cuándo llamar cepa o variante al COVID-19?

¿Cuándo llamar cepa o variante al COVID-19?

Foto: Pixabay

¿Son cepas o variantes del COVID-19 las aparecidas en Reino Unido, Sudáfrica, Brasil y Estados Unidos? Los medios de comunicación las emplean como sinónimos, pero ¿son lo mismo?

 

Así como los seres humanos comparten un genoma común que varía entre las personas y explican la variación en altura, color de cabello y otros rasgos, de manera similar los coronavirus SARS-CoV-2 comparten un genoma que varía un poco de una muestra a otra.

 

En este sentido, los virus, al hacer copias de sí mismo, una o más de las letras del genoma pueden escribirse incorrectamente y surgen las mutaciones genéticas, y en caso de que otorgue una ventaja competitiva, se propagará más rápido que sus rivales.

 

Ahora, cuando una mutación cambia el genoma de un virus, entonces se convierte en una nueva variante. Esta confusión no es nueva. Un grupo de científicos explicó la situación en un artículo de 2013 en la revista Archives of Virology, en el que refirieron cómo llamar a los miembros de la familia Filoviridae, que incluye los virus del Ébola y Marburg.

 

“No está claro cómo distinguir sus subclases individuales (cepas, variantes genéticas, genotipos, mutantes, etc.), principalmente debido a la falta de definiciones para estos términos y la ausencia de pautas de aplicación general para asignarles virus”, dice la publicación.

 

Sin embargo, un par de científicos establecieron un debate el mes pasado con una definición viable para la era del COVID-19. Según ellos, variante o cepa depende de si el virus en cuestión se comporta de manera distinta, de acuerdo con lo dicho por el doctor Adam Lauring, quien estudia la evolución de estos organismos de ARN en la Universidad de Michigan, y Emma Hodcroft, experta en filogenética viral en la Universidad de Berna en Suiza.

 

Para entender esto, Lauring y Hodcroft explicaron al Journal of the American Medical Assn: “Los genomas que difieren en su secuencia a menudo se denominan variantes”. “Estrictamente hablando, una variante es una cepa cuando tiene un fenotipo diferente y que se puede demostrar”.

 

Es decir, una muestra de coronavirus particular puede contener una o más mutaciones de las que carece otra. Si no hay una diferencia funcional detectable, sólo es una variante.

 

No obstante, si las mutaciones hacen que el espécimen sea más transmisible que sus predecesores, o son resistentes a un medicamento o vacuna, entonces califica como una cepa distinta.

 

Para Nancy R Gough, científica y editora que explica el mundo biológico en su sitio web, Bioserendipity, una variante viral que se vuelve dominante en su población adquiere el derecho de ser llamada cepa.

 

De esta manera, el virus de Sudáfrica sería una cepa porque su respuesta, o la falta de ella, a las vacunas contra COVID-19 lo distingue de otras versiones del SARS-CoV-2. Su comportamiento es tan singular que los investigadores de los antígenos están diseñando inyecciones de refuerzo para atacarlo.

 

El de Reino Unido también sería una cepa porque se propaga con más facilidad que otras variantes.

 

Incluso los investigadores de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos han pronosticado que el virus de Reino Unido se transmite tan rápido que se convertirá en la “variante predominante de EU para marzo”.

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