
Las lluvias no dan tregua en la Sierra Norte de Puebla, y las precipitaciones torrenciales han revivido el espectro de desastres pasados. Con un acumulado de poco más de 1,000 milímetros de agua hasta septiembre, el estado enfrenta una temporada que ya se perfila como histórica.
En las últimas 72 horas, el paso de la tormenta tropical "Jerry" y un disturbio tropical han desatado inundaciones, deslaves y desbordamientos que han dejado muertos, desaparecidos y miles de damnificados. Pero este no es un fenómeno aislado, en los últimos diez años, Puebla ha sido azotada por catástrofes similares que han cobrado vidas, arrasado hogares y paralizado comunidades enteras.
La comparación con 1999 es inevitable, aquel octubre, en "La Tragedia Perfecta" en Teziutlán, sepultó barrios enteros en lodo y escombros. Hoy, con el cambio climático amplificando estos eventos, expertos advierten que las lluvias de 2025 superan en intensidad a aquellas, evocando no solo el dolor, sino la urgencia de lecciones no aprendidas.
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Aunque 2025 marca un pico, los últimos años han visto brotes similares en Puebla, particularmente en la Sierra Norte, donde la topografía escarpada y la deforestación agravan los riesgos.
En 2017, el huracán Franklin y lluvias asociadas al monzón Max, desataron inundaciones y deslaves en zonas serranas, dejando al menos 5 muertos en el estado, 2,500 viviendas dañadas y 10,000 damnificados. Con acumulaciones de hasta 380 milímetros en 24 horas, ríos como el Necaxa y el Apulco se desbordaron, afectando 20 municipios, entre ellos Zacatlán, Cuetzalan y Tlatlauquitepec, con pérdidas agrícolas de 500 millones de pesos y 15 puentes colapsados.
Franklin deja derrumbes, caída de árboles y afectaciones a caminos en Puebla y Veracruz. Video: @PC_Estatal https://t.co/L7hD4Vuu9A pic.twitter.com/DLjBeDTmbY
— Animal Político (@Pajaropolitico) August 11, 2017
En 2019, la Depresión Tropical "Fernand" desencadenó intensas lluvias en la Sierra Norte, causando el desbordamiento del Río Tecolutla y dejando un saldo de 3 fallecidos, 1,200 casas inundadas, 15 puentes colapsados y cerca de 5,000 personas afectadas, principalmente en Teziutlán y Huauchinango. Las precipitaciones, provocaron deslaves y cortes carreteros, agravando la vulnerabilidad de comunidades rurales donde la deforestación y la falta de infraestructura intensificaron los daños, con pérdidas agrícolas y materiales significativas.
En 2021, una temporada récord de lluvias con 1,109 milímetros acumulados, azotó la Sierra Norte, desencadenando deslaves que cobraron 4 vidas, dañaron 8,000 viviendas, bloquearon 50 carreteras y generaron pérdidas agrícolas por 500 millones de pesos, afectando gravemente a Venustiano Carranza y otros 29 municipios declarados en emergencia. El desbordamiento de ríos como el Necaxa y las precipitaciones intensas, exacerbadas por el cambio climático, dejaron comunidades aisladas, cultivos de café y caña devastados, y expusieron la fragilidad de la infraestructura en una región donde la deforestación y el crecimiento desordenado amplificaron el desastre.
En 2023, lluvias severas e inundaciones, parte de una crisis nacional que dejó 45 muertes por hidrometeoros, impactaron Puebla con al menos 2 fallecidos, 300 escuelas y 1,000 viviendas afectadas, y pérdidas equivalentes al 0.3% del PIB nacional, afectando especialmente la Sierra Negra y Norte, con Ajalpan y Zoquitlán entre los municipios más golpeados. Las precipitaciones intensas, agravadas por fenómenos climáticos, provocaron deslaves, desbordamientos de ríos y declaratorias de desastre en múltiples zonas, dejando comunidades indígenas particularmente vulnerables.
Estos eventos, aunque menos letales que 1999, suman un patrón alarmante: entre 2015 y 2024, las lluvias extremas causaron al menos 20 muertes en Puebla, miles de evacuados y daños que superan los 2,000 millones de pesos en infraestructura y agricultura.